El objetivo es implicar a todo el mundo en la mejora del sistema educativo de la ciudad y conseguir una educación de calidad, inclusiva y equitativa en Barcelona. Los representantes de los consejos escolares serán escogidos por un periodo de cuatro años, y cada dos años se convocarán elecciones para renovar a la mitad de sus miembros.
Escoger los consejos escolares, primer paso
Los consejos escolares de centro (escoles bressol, primaria, secundaria, obligatoria, postobligatoria, entidades de ocio, entidades deportivas y asociaciones de enseñanzas musicales y artísticas) son los principales órganos de participación en la vida de los centros educativos.
Estos consejos acogen las voces de los y las docentes, los directores y directoras, el alumnado, las familias, el personal de administración y servicios (PAS) y las personas representantes del Ayuntamiento. Su función es participar en la toma de decisiones que afectan a la comunidad educativa e impulsar iniciativas para contribuir a mejorar el sistema educativo.
Las direcciones de los centros públicos y concertados han sido las encargadas de informar sobre la presentación de candidaturas y otros aspectos del proceso electoral. “Lo que queremos es que participe el máximo número de gente de las escuelas. La participación es un ejercicio de responsabilidad, de implicación y de compromiso. La comunidad educativa debe movilizarse”, asegura Marta Carranza, secretaria del Consejo Educativo Municipal de Barcelona.
El calendario del proceso electoral es el siguiente:
- Inicio del proceso: a partir del día 2 de noviembre de 2021.
- Constitución de las mesas electorales: antes del día 11 de noviembre de 2021.
- Votaciones: entre los días 22 y 26 de noviembre de 2021, ambos incluidos.
- Constitución del consejo escolar y toma de posesión de los miembros: no más tarde del día 20 de diciembre de 2021.
De la escuela… al distrito
Una vez constituidos los consejos escolares de centro, tendrá lugar la renovación de los consejos educativos municipales de distrito (CEMD), espacios de participación para tratar cuestiones comunes que afectan a los centros de un mismo distrito.
Cada centro debe enviar a una persona representante de cada sector (alumnado, profesorado, PAS, etc.) para que forme parte del censo del distrito. Este censo votará en las elecciones del CEMD a los diferentes candidatos y candidatas que se presenten para ser elegidos. Los nuevos consejos educativos de distrito deberán constituirse a finales del mes de marzo del 2022.
Última fase: el consejo escolar más grande
El siguiente paso será la renovación del Consejo Educativo Municipal de Barcelona (CEMB), un espacio de debate, de reflexión y, al mismo tiempo, de creación de conocimiento de la comunidad educativa de la ciudad. El procedimiento será el mismo: hacia finales del mes de abril todas las personas que formen parte de los consejos educativos de distrito podrán escoger a los miembros del Consejo Educativo de Ciudad.
Los representantes de los consejos escolares serán escogidos por un periodo de cuatro años, y cada dos años se convocarán elecciones para renovar a la mitad de sus miembros. “La renovación es necesaria por los cambios que se producen de manera natural en los propios centros: el profesorado, el alumnado y las familias, que van variando a lo largo de los años… Y debemos asegurarnos de que la gente que forma parte del consejo está activa en el sector para el que se presentó”, explica Marta Carranza.
Impulsar la participación, todo un reto
Desde el Ayuntamiento de Barcelona se trabaja para ayudar a impulsar la participación, la promoción y la importancia del voto en los consejos escolares de centro. En este sentido, se da apoyo al proceso electoral y también a la posterior renovación de los consejos educativos municipales de distrito y del propio Consejo Educativo Municipal de Barcelona.
Pero, según Carranza, aún hay mucho trabajo por hacer: “Tenemos que mejorar los sistemas de comunicación para que la gente participe en las elecciones. La movilización sigue siendo muy baja y la burocracia para formar parte del consejo es agotadora. Todo debería ser más sencillo”.
Y añade: “A mí me encantaría que se movilizara toda la comunidad educativa y que formar parte del consejo escolar fuera algo deseado. Si la gente entendiera el gran trabajo que se puede hacer desde este órgano de participación y cómo sus propuestas pueden influir en la agenda política, quizás despertaríamos el interés de los alumnos, de las familias, de los docentes… Hay personas validísimas en la ciudad que podrían aportar mucho dentro de los consejos escolares”.
Treinta años contribuyendo a mejorar la calidad de la educación en la ciudad
El pasado mes de junio se cumplieron 30 años de la creación del Consejo Educativo Municipal de Barcelona, así como de su versión descentralizada, los diez consejos educativos de distrito.
Como explica Marta Carranza, “los consejos escolares se crearon en 1990 con la LOGSE, una ley rompedora y muy innovadora en el ámbito educativo, con la intención de crear un clima de diálogo y acuerdo entre los diferentes actores de la comunidad educativa y encontrar soluciones a los retos educativos de ciudad”.
“Actualmente, el Consejo Educativo de Ciudad es un espacio de asesoramiento, de información, de influencia y de consenso para llegar a acuerdos y avanzar en la mejora de la educación. El objetivo del CEMB es hacer llegar a las administraciones competentes las inquietudes, los retos y las preocupaciones que tienen los diferentes sectores de la comunidad educativa para influir en las políticas públicas y generar cambios”, añade Carranza.
Desde el CEMB se impulsan una serie de iniciativas para tener una educación de calidad, inclusiva y equitativa en Barcelona. Estas iniciativas van desde generar un nuevo tipo de planificación educativa hasta trabajar los problemas estructurales de fondo del sistema educativo (segregación escolar, abandono educativo, acoso, salud mental, bienestar, etc.). “Queremos ser un referente en las políticas educativas, llegar a consensos para conseguir unir los sueños del alumnado con lo que querrían las familias, lo que la Administración puede hacer y lo que el profesorado necesita. Y tener la fuerza compartida para poder orientar las políticas y mejorar el sistema educativo”, concluye Carranza.