19/06/2020 - 08:51
Música. El 21 de junio celebramos la música, un bálsamo emocional y una compañera indispensable durante el confinamiento y en tantos otros momentos de la vida. ¡Cantémosla, bailémosla, toquémosla o, simplemente, escuchémosla!
El próximo 21 de junio es el Día de la Música, una fiesta que se celebra en más de cien países y que coincide con la llegada del verano.
Este año, el Día de la Música tendrá un sentido especial. Primero, por la dificultad actual en celebrar conciertos y festivales. Segundo, porque cuando se decretó el confinamiento y el aburrimiento era el sentimiento generalizado -junto con el miedo, la angustia o la incertidumbre-, la música apareció como un bálsamo emocional, como una brizna de esperanza.
Deseosos de música, vimos y disfrutamos cómo triunfaban canciones grabadas en una terraza, cómo las nuevas tecnologías nos permitían asistir a conciertos confinados o cómo una melodía compartida entre balcones rompía el silencio de la soledad para hermanarnos.
De la misma manera, las letras de las canciones adquirían nuevos significados para nosotros: la resistencia de los que creen que no hay jaulas para tantos pájaros.
La música tiene un valor incalculable. ¿Os imagináis vuestras vidas sin las canciones que os gustan?
La música está hecha de ritmo que nos acelera o nos calma, de melodía, de acordes mayores vinculados a la alegría y de acordes menores ligados a la melancolía o a la tristeza.
Hay una música para cada momento vital, y tantas músicas como gustos. La podemos escuchar, cantar, bailar, interpretarla o escribirla. ¡Y nos refuerza o libera emocionalmente!
Beneficios emocionales de la música
- Levanta nuestro estado de ánimo: cuando escuchamos la música que nos gusta, liberamos dopamina, la hormona del placer. Si estamos tristes, nos da fuerzas para abrazar la tristeza y aceptarla.
- Ayuda a aligerar el estrés: en momentos de gran volumen de trabajo, podemos hacer una pausa para escuchar, cantar, bailar o tocar la música que nos guste y desconectar.
- Facilita el sueño y la relajación: si nos cuesta dormir o tranquilizarnos, escuchar música relajante, nos calma.
- Actúa como motivadora de otras actividades: algunos ritmos nos animan a hacer deporte, a bailar, o nos pueden acompañar mientras trabajamos o estudiamos (siempre que no nos distraigan).
- Nos permite expresarnos: cantar, bailar, tocar un instrumento, escribir una letra o una nueva canción… ¡la música es creatividad! No hace falta que seamos unos artistas para disfrutarla. La musicoterapia parte de esta idea.
Celebremos la música
¿Tenéis una canción preferida para cuando sentís alegría? ¿O para cuándo sentís tristeza? ¿Y si sentís rabia? ¿Una canción para cantar, una para bailar, una para tocar con la guitarra? ¿O sois más de percusión?
¿Recordáis cuál fue vuestra primera canción? ¿El primer concierto? ¿Una canción que os traiga grandes recuerdos?
Vistos los beneficios de la música en nuestro estado de ánimo, celebrémosla: cantemos, bailemos, toquemos o escuchemos… Tanto da, ¡pero celebrémosla!
Hablamos sobre música y confinamiento con jóvenes músicos
Si os gusta la música, no os perdáis la conversación “Música Joven Confinada”, el jueves 25 de junio a las 17 h.
En el marco de las actividades “La Juventud conectada”, nos encontraremos en el Twitter de Juventud para conversar con las bandas Iglú, Gomezz y Kodala sobre las propuestas musicales que han compuesto y publicado durante las últimas semanas, todas con grandes resultados.
Además, con el dinamizador cultural del Espacio Joven Boca Nord y el equipo de Music Mentoring BCN Project hablaremos sobre el papel de las nuevas tecnologías musicales que se han popularizado, cómo han cambiado los hábitos de creación y cómo los y las jóvenes han aprovechado para ser más prolíficos durante el confinamiento.
¡Os esperamos!
