Ilaria Sartori i Eloïsa Matheu

Ilaria Sartori i Eloïsa Matheu: "El paisaje sonoro está perdiendo identidad"

 

A Eloïsa Matheu, nacida en Barcelona el año 1956, siempre le ha gustado mucho la naturaleza y por eso estudió biología. Ilaria Sartori nació en Italia en 1977, pero ha vivido más años fuera de Italia que allí y hace 8 que vive en Barcelona.
 

¿Cómo nace vuestra pasión por el sonido?

E: En mi caso nace a través de la biología. Interesándome por los animales, sobre todo por los pájaros y su canto y a partir de los años 80 empecé a registrar los sonidos de la naturaleza, de los pájaros y de todos los animales, creando una colección de sonidos privada que continua creciendo.

I: Yo estudié conservación de patrimonio cultural, especializándome en patrimonio inmaterial y también antropología musical. Estudié la relación entre la música y la identidad cultural y más tarde, me interesé por el paisaje sonoro, en particular en relación con el territorio y la identidad (de los individuos y las comunidades).

¿A qué os dedicáis actualmente?

E: Después de muchos años de dedicación a grabar y difundir los sonidos de la naturaleza, desde hace dos años trabajo en la fonoteca del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona. Actualmente estamos digitalizando el fondo sonoro histórico para poder subirla a la red. Además, doy talleres sobre cómo reconocer pájaros por su canto o como registrar los sonidos de la naturaleza. Y también, como tengo una colección de sonidos muy amplia, hago sonorizaciones para museos o documentales.

I: Yo me defino como escuchadora profesional (risas). Me dedico a difundir la decisión de escuchar, haciendo talleres de educación a la escucha relacionados con el ámbito artístico, cultural y ecologista. También hago investigación.

¿Conocemos, apreciamos y protegemos los sonidos de nuestro entorno?

E: No, somos un país muy ruidoso y no somos conscientes del ruido que producimos. Respondemos al ruido haciendo más ruido. A menudo cuando salimos a la naturaleza lo hacemos gritando, charlando fuerte, practicando deporte y sin prestar atención alrededor, no escuchamos la naturaleza, los animales, pero tampoco los sonidos del agua, del viento, el movimiento de las hojas …

I: Tenemos poca conciencia del valor cultural y emocional que contienen los sonidos de nuestro entorno. Muchas veces apreciamos los sonidos de nuestras vidas una vez éstos han desaparecido y se han perdido muchos, por ejemplo, aquí a la Barceloneta, el sonido de la sirena de la Fábrica del Gas marcaba la vida de muchos vecinos y vecinas del barrio.

E: El problema no es que aparezcan nuevos sonidos y desaparezcan otros, sino que los nuevos sonidos son comunes a los de otros muchos lugares  lugares del mundo, los paisajes sonoros están perdiendo identidad.

¿Por qué es importante escuchar los paisajes sonoros que nos rodean?

I: Porque te permite ser consciente de tu entorno y de ti misma, porque sin tu presencia la escucha no se hace. Si cerramos los ojos y escuchamos podemos percibir muchísimas cosas de las que normalmente no hacemos caso. El sonido es un termómetro de la salud de nuestra sociedad.

E: Desde el punto de vista biológico, escuchar el entorno nos da mucha información de las especies que lo habitan, del estado de “salud” del ecosistema, si desaparecen especias o aparecen de nuevas, por ejemplo. Escuchar nos acerca a la naturaleza de una manera diferente de la contemplación con los ojos a la que estamos acostumbrados (nuestra sociedad es muy visual) y nos adentra de una manera más rica y vivencial.

¿Qué paisajes sonoros están desapareciendo en Cataluña?

E: Los paisajes sonoros de ambientes abiertos, de cultivos, con márgenes, matorrales, de secanos, por los cambios que está sufriendo la vida rural, monocultivos, uso de insecticidas, y otros factores que llevan a una pérdida de biodiversidad y por la desaparición de especies y la disminución de las poblaciones animales.

I: También han desaparecido muchos sonidos culturales relacionados con oficios, sonidos de las fábricas, de los carros, etc.

¿ Se educa auditivamente a los niños y a los jóvenes para que tengan un sentido del oído sano y crítico?

I: Ligeramente. La educación a la escucha, desde un punto de vista creativo, cultural o científico, es muy puntual en las actividades curriculares y lo hacen aquellas instituciones o escuelas que apuntan a la innovación o que ya tienen esta sensibilidad despierta.

E: Por otra parte, estamos acostumbrados a que nos lo enseñen todo y yo pienso que la escucha es sobre todo un tema de descubierta personal, es muy difícil enseñar a escuchar. Se pueden dar unas ideas o unos elementos, pero se tiene que descubrir por uno mismo.

¿El ruido ha eclipsado los sonidos de la ciudad de Barcelona?

I: La contaminación acústica de Barcelona forma parte de la ciudad. Muchos vecinos y vecinas consideran que el sonido característico de Barcelona es el del tráfico. Sin embargo, no hay que demonizar el presente, ya que el ruido forma parte de nuestra vida. Pero sí que es importante escucharlo, ser conscientes.

E: Hay muchas especies de pájaros que viven en la ciudad, también ranas y sapos parteros (un pequeño sapo) pero para la mayoría de ciudadanos sólo hay cotorras, gaviotas y pájaros. Las otras especies pasan desapercibidas aunque viven entre nosotros y cantan como lo harían en el bosque. El ruido enmascara la naturaleza sonora de la ciudad y es un elemento importante en la “sordera” de los urbanitas.

¿Vivimos en una cultura del ruido?

I: No lo sé, yo diría que no somos conscientes de muchos aspectos acústicos de nuestra vida. Vivimos en una cultura que no promueve la conciencia del entorno sonoro.

E: Para mucha gente, el ruido es sinónimo de vida. Son formas de percibir el entorno. El silencio puede dar miedo.

¿La lucha por un entorno acústico agradable se puede convertir en una lucha por la transformación social y ambiental de la ciudad?

I: Lo es. No pueden ir por separado.

E: Si. Un entorno acústico agradable implica luchar por y para la transformación social.

El sonido es un termómetro de la salud de nuestra sociedad

¿Qué sonido tendría una Barcelona Sostenible?

E: Tendría menos contaminación acústica. Habría más sonido humano, se escucharía más el andar de las personas y sus voces y también habría más sonido de vida natural, de pájaros, ranas, gajos, cigarras… que pasarían a formar parte del entorno habitual de la población, como sucede en los pequeños pueblos.

I: Se notaría más la diferencia entre un sonido y el otro y se podrían distinguir sonidos a la distancia.

¿Es viable?

I: Para conseguirlo se necesita implementar la educación a la escucha.

E: Yo creo que a corto plazo no es viable. Respecto de lo que dice Ilaria pienso que no escuchamos porque estamos saturados de sonidos. Si viviéramos en un entorno más puro a nivel acústico, escucharíamos más, quizás sin ser conscientes. Aunque la educación también es importante.

¿Tenéis alguna pasión escondida?

I: La navegación a vela. Además, hace poco se han unido mis dos pasiones porque gracias a micrófonos subacuáticos he empezado a escuchar los sonidos marinos

E: Soy feliz a la naturaleza y me gusta escucharla y poder compartir la experiencia.

 


 

En La Fàbrica del Sol en torno al Día Internacional de Concienciación del Ruido,  Eloisa y Ilaria han invitado a la ciudadanía de Barcelona a descubrir los diferentes sonidos de su ciudad.