Michelangelo Antonioni y Luigi Ghirri

Paralelamente a la hegemonía de un relato, existen infinidad de microhistorias que, lejos de rozar la insignificancia, son la fuente que nutre a ciertos artistas para formalizar un cuerpo de trabajo que brinda la posibilidad de entender la vida desde una perspectiva más cercana. Dos de los artistas cuya mirada se detiene en aquello en lo que casi nadie se fija son el cineasta Michelangelo Antonioni (Ferrara, 1912 - Roma, 2007) y el fotógrafo Luigi Ghirri (Scandiano, 1943 - Roncocesi, 1992), dos artistas nacidos en la Emilia Romaña con veinte años de diferencia que no tuvieron ocasión de conocerse en vida, pero cuya obra, cada una a su manera, es una invitación a la observación, el recuerdo y la introspección. 

La exposición que se presentará en La Virreina a partir de octubre de 2025 consiste en una selección de obras de ambos artistas orientada, por una parte, a poner en valor sus respectivas formas de apelar a la naturaleza desde la óptica de quien ha nacido en una llanura y, por otra, a la opción de abrazar la naturaleza desde el ámbito de la imaginación y la abstracción. Este es el punto de partida de una exposición que, reuniendo en un mismo espacio y tiempo el trabajo fotográfico de Antonioni conocido como las Montañas encantadas y obras de Ghirri realizadas en los años setenta, se plantea como el reflejo de un modo de entender la vida como defendía Georges Perec, es decir, sobre la base de lo que pasa cuando parece que no pasa nada.