Alicia García Núñez (Elche, Alicante, 1981) 

Suelo acudir a Monique Wittig con su célebre “Las lesbianas no somos mujeres” o a la buena de Simone (de Beauvoir) con su reconocida “Mujer no se nace, se hace”, como referencias en torno a la reflexión sobre mi identidad. Es una manera como otra cualquiera de expresar que el género es una construcción social y que, si he de incluirme en algún saco, etiqueta o concepción, ésta sería probablemente “no binaria”.

Formo parte de las afueras, soy mujer-no-mujer, sigo recibiendo insultos por las calles de Barcelona por mi identidad sexual.

Soy poeta, artista visual, sonora y performer. Empecé a escribir poesía, antes de leerla con cierta compulsión, a los 14 años. Con la edad, he ido nutriéndome de referencias como creadora a través de múltiples lecturas de mis contemporáneas. Cuando comencé a escribir elegí el pseudónimo de Álex Bohe, consciente de que el masculino (la androginia, un nombre que representaba ambos géneros) podría abrirme más puertas, acercarme a más lectoras y lectores. No hizo falta que nadie me explicara las reglas del juego literario para saber, siendo adolescente, que ellos y sus sentimientos eran los considerados universales. No lo serían los míos. Yo, mujer. No-mujer:

Alicia G. es la performer, la artista visual y sonora.  Alicia G. Núñez es la periodista.  Alicia García es la chica esa tan maja de atención al cliente, la consultora de igualdad.

Todas tienen su importancia, ejercen su función.

La heteronimia es para mí un recurso más desde el cual construir múltiples identidades, explicar el tránsito, diferentes caras de esta misma Alicia, Alicio.