El Eixample recupera la memoria de la antigua sede de la Unión Cooperatista Barcelonesa

24 de noviembre de 2022

evazquez

Memoria histórica. Un atril de memoria histórica recordará el pasado cooperativista de este emblemático edificio situado en el barrio de la Esquerra del Eixample.

Este domingo, 27 de noviembre, a las 12 horas, tendrá lugar el acto de descubrimiento del atril que recordará la historia de la antigua sede de la Unión Cooperatista Barcelonesa, un edificio emblemático del barrio de la Esquerra del Eixample, exponente del movimiento cooperativista de la ciudad.

El acto empezará con los parlamentos institucionales del concejal del Distrito, Pau Gonzàlez Val, y la presidenta del Distrito, Eva Baró Ramos. Estará conducido por la consejera de memoria histórica del Eixample, Carme Méndez.

A continuación, Marc Dalmau, cooperativista, especialista en historia cooperativa, sociólogo, doctor en antropología y autor del texto del atril, explicará la historia de la cooperativa y del proceso de recuperación de la memoria de este edificio gracias a la importante tarea del vecindario y las asociaciones del barrio de la Esquerra del Eixample.

También participará la historiadora Mercè Tatjer, que relatará el papel que tuvo el edificio en el contexto de los valores sociales, políticos y educativos de sus socios y en el mundo cooperativo pasado, presente y futuro.

Finalmente, tendrá lugar el descubrimiento del atril, que estará ubicado en la misma calle Comte d’Urgell 176, delante de la fachada del edificio.

Un poco de historia
El edificio de la Unión Cooperatista Barcelonesa se fundó en 1927 de la fusión entre dos cooperativas vecinas, El Reloj (1901) y La Dignidad (1903). Se instaló en el inmueble del Eixample a partir de 1931 y se convirtió en todo un símbolo del movimiento cooperativista de la ciudad.

El edificio disponía de un gran salón de actos, donde se celebraron encuentros y mítines de personalidades ilustres del primer tercio del siglo XX. Entre otros espacios,también había un café, un horno de pan y una biblioteca.

Hasta hace poco más de un año, la finca acogía la parroquia de Sant Isidor y fue la movilización popular la que evitó su derribo.

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