Memoria Democrática

El barrio de Roquetes, nacido a partir de un núcleo de casitas de planta baja situadas al pie de la colina con el mismo nombre, creció de forma exponencial a mediados de la década de 1950, en plena dictadura franquista, con la llegada de población migrada de otros lugares del Estado español.

Las promociones de viviendas oficiales no fueron suficientes y muchas personas tuvieron que edificarse su propio hogar. Así, el barrio se fue formando con casas de autoconstrucción en torno a calles empinadas y sin asfaltar.

Abandonadas por la Administración pública, los y las nuevas vecinas vivieron aquellos primeros años en condiciones muy precarias: sin electricidad en las calles ni alcantarillado y teniendo que ir a buscar agua a las fuentes.

Esta precariedad propició que, poco a poco, fueran creando redes de apoyo mutuo para conseguir dignificar sus vidas, y también su entorno. De ahí surgió el empuje para que, en 1963, el vecindario pagara de su bolsillo la llegada de la electricidad a las calles.

Al verano siguiente, gracias a la iniciativa de un grupo de jesuitas, se organizaron para construir ellos mismos el alcantarillado cada domingo, día de descanso laboral, en la iniciativa conocida como Urbanizar en Domingo.

Ante el éxito de esta obra colectiva, entre 1965 y 1968 repitieron la acción llevando agua corriente, en lo que se denominó Operación Agua.

Las reivindicaciones para mejorar las condiciones de vida del barrio siguieron, y con las movilizaciones organizadas por la Asociación de Vecinos y Vecinas de Roquetes consiguieron la llegada del transporte público y la construcción de equipamientos sanitarios y educativos.

Con este atril, la Asociación de Vecinos y Vecinas de Roquetes, el Archivo Histórico de Roquetes-Nou Barris y el Ayuntamiento de Barcelona queremos situar en el centro de la memoria a los y las vecinas de Roquetes, un barrio construido colectivamente y dignificado a base de solidaridad, autoorganización y lucha.