Urquinaona, la plaza del trabajo precario

A partir de la segunda mitad del siglo XX, Barcelona experimentó un notable crecimiento urbano en el contexto del desarrollismo franquista. La plaza de Urquinaona se convirtió entonces en un espacio de contratación irregular de mano de obra inmigrante y no cualificada, llegada de diferentes partes del Estado. Estas personas, seleccionadas a pie de calle por los prestamistas o negreros, nutrían fundamentalmente el sector de la construcción de una Barcelona inmersa en un proceso de crecimiento acelerado, desordenado y desigual.
Durante su punto álgido, la década de los sesenta del siglo pasado, en la plaza se reunían hombres de todas las edades, mientras que las mujeres cuidaban de pequeños y mayores y trabajaban en trabajos informales y también sin contrato. Los parados se desplazaban, por la mañana temprano, desde las barriadas de nueva construcción o los asentamientos de barracas de la ciudad, como el de Montjuïc, y formaban una masa de centenares de obreros que tenían que competir por un puñado de puestos de trabajo. Así, muchos volvían a casa con las manos vacías. Algunos de los contratistas, intermediarios de las empresas, incluso llegaban a realizar exploraciones físicas de los trabajadores concentrados, para comprobar sus condiciones, como si se tratara de un mercado de esclavos.
Este atril quiere denunciar una práctica que, aunque está erradicada en este punto concreto de la ciudad, todavía pervive en pleno siglo XXI, con esta y otras formas. Es, asimismo, un homenaje a las personas que fueron constructoras, y víctimas, de la Barcelona contemporánea.

Fecha de inauguración:
07/10/2021
Distrito:
L'Eixample
Urquinaona, la plaza del trabajo precario

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