Adriana Masclans: "Parece que los referentes siempre sean hombres y las mujeres también hemos estado muy presentes, y si no se escribe no se ve”
Adriana Masclans es bacalanera en el Mercado de la Concepción. Se graduó en telecomunicaciones, pero la pasión que tenía por el mercado desde pequeña y las ventajas que le suponían a nivel personal le llevaron a seguir en un negocio con mucha historia familiar. Es la sexta generación de una familia que vende bacalao a los mercados de Barcelona, sus tatarabuelos abrieron la primera parada de bacalao en 1881 en el Mercado de Sant Antoni. Ya hace nueve años que Adriana Masclans ha tomado el relevo y habla sobre su experiencia.
Papel histórico de las mujeres en los mercados
Desde los inicios de los mercados locales, en el siglo XIX, las mujeres han sido las figuras hegemónicas en estos espacios, tanto dentro como fuera de las paradas. ¿Consideras que ha habido algún cambio de tendencia con el paso de los años o sigue muy similar a los inicios?
En cuanto a las paradas, la dinámica es similar, puesto que la mayoría las lideran mujeres. En cambio, he podido observar un cambio de tendencia en lo que respecta al cliente. Siguen viniendo más las mujeres, pero también vienen hombres con más frecuencia y esto hace que poco a poco el cliente sea más homogéneo. También vienen cada vez más jóvenes: desde la pandemia he tenido la sensación de que muy joven ha descubierto el mercado.
¿Qué cambios has visto en el mercado respecto a las épocas de tu madre y abuela?
El producto antes era mayoritariamente fresco y todo se cocinaba en casa, mientras que ahora suele estar algo más preparado, no necesariamente cocinado, sino que se facilita su trabajo. Por ejemplo, en el caso de la fruta tener la posibilidad de comprarla ya cortada, en el caso del pescado que esté mucho más pulido…
¿Y la relación cliente-paradista ha cambiado?
Desde mi perspectiva y en mi caso no. Creo que sigue existiendo esa confianza para poder preguntar y asesorarse sobre el producto que se está comprando.
¿Cuándo eras pequeña ibas a la parada?
¡Sí! Yo lo veía cómo ir a jugar. De hecho, casi estaba más en el mercado jugando que en casa. La gracia era poder ayudar en varias cosas como poner el producto en la vitrina, devolver los cambios, estar de cara al cliente... Al final todo ese tiempo allí ha hecho que ahora muchos clientes me recuerden.
¿Ha cambiado la percepción que tenías del mercado cuando eras pequeña respecto hoy en día?
No. Cuando era una niña, mi perspectiva del mercado era de un sitio acogedor, donde todo el mundo se conoce y puedes encontrar de todo. Una perspectiva que no ha cambiado, me siento como en casa. Lo único que percibo distinto es que los mercados se han modernizado, lo que ayuda a facilitar el trabajo, pero la esencia no ha cambiado, el mercado es oficio.
¿El hecho de que las mujeres sean mayoría en los mercados refleja algún aspecto de nuestra sociedad?
Históricamente, las mujeres son las que más han cocinado y, en consecuencia, cuando se buscaba el asesoramiento de un producto eran las mujeres quienes podían ofrecer un mejor servicio e información. Sin embargo, es curioso que los grandes chefs con mayor visibilidad y reconocimiento gastronómico son mayoritariamente hombres.
¿Consideras que el protagonismo de las mujeres en los mercados se perpetuará en el tiempo?
Es difícil de predecir, pero optaría por que se mantendrá, ya que cada vez somos más valientes de sacar un negocio adelante solas. Si antes ya era así, ahora más. Sin embargo, hago énfasis en que es muy complicado saberlo, sobre todo porque cada vez la gente estudia más y quieren dedicarse a otras profesiones. No por una cuestión de género, sino porque muchos no se lo plantean como opción.
¿Está desvalorado trabajar en el mercado?
Un poco. Cuando la gente piensa en un negocio se imagina grandes proyectos y no algunos más humildes que te permiten sacar adelante a la familia. Muchas veces es mejor empezar con negocios más pequeños y después éstos ya te llevarán a crecer en un futuro.
Valor de las mujeres trabajadoras en los mercados
¿Qué supone trabajar en un mercado? ¿Qué dirías que es lo más duro?
Hoy en día poca desventaja tiene trabajar en un mercado, ya que se han adecuado para que sean cómodas tanto para los vendedores como para los clientes. Antes era más duro, sobre todo porque no existía calefacción ni aire acondicionado, las instalaciones eran precarias. También he de decir que soy una apasionada del mercado, me gusta mucho y me cuesta verle los inconvenientes.
¿Cómo se compatibiliza ser madre y trabajar en el mercado?
Puede compatibilizarse muy bien. Precisamente, después de graduarme en telecomunicaciones me decanté por el mercado porque era un negocio en el que yo era la propietaria y podía adecuar los horarios a mis necesidades. Es decir, me ofrecía un mayor control sobre mi día a día y me ha permitido disfrutar de mis hijos. Quizá el sábado sea el día más duro y que más me toca la fibra, puesto que trabajo por la mañana y es el momento en que me gustaría poder ir a ver a mis hijos en sus actividades deportivas. Sin embargo, por lo general estoy satisfecha porque les puedo dedicar todas las tardes menos el viernes.
Aparece en la colección de cromos de "Mujeres que han hecho historia" en la que se quiere visibilizar y reivindicar el papel de la mujer de sectores muy diferentes en la memoria colectiva. ¿Cómo valoras la iniciativa?
Me parece bien que de los muchos ámbitos en los que la mujer participa, el mercado sea uno de los que se visibilice. Parece que los referentes siempre sean hombres y las mujeres también hemos estado muy presentes y si no se escribe no se ve. ¡Ojalá hagan más iniciativas así!
¿Cómo te hizo sentir saber que formarías parte de esta iniciativa?
Al principio, algo de vergüenza porque sabía que debería aparecer en fotografías y mediáticamente. En cambio, tenía claro que era importante para el mercado que participara, ya que hay muchas mujeres trabajando en ellas que sacan adelante sus negocios y familias.