Del campo a la mesa: calabacines con tomates y aceitunas
- 4 calabacines
- 1 ajo
- Un puñado de rodajas de aceituna negra sin hueso
- 250 g de salsa de tomate casera
- Aceite, sal y pimienta
- Hojas de albahaca o de perejil cortadas con cuchillo (opcional)
Los calabacines son un ingrediente clave de la cocina mediterránea, apreciados por su versatilidad culinaria, pueden ser comidos tanto crudos como cocidos. Ahora bien, ¿sabéis cuál es el momento ideal para disfrutar de este producto? Aunque se pueden encontrar en nuestros mercados durante todo el año, es en el período de abril a noviembre cuando alcanzan su punto álgido.
En sus variados colores negros, verdes, blancos y amarillos, los calabacines son una hortaliza que pertenecen a la misma familia que las calabazas. Su característica más distintiva es que son cosechados en su fase inmadura, antes de que las semillas lleguen a su completa maduración. Con un impresionante contenido de agua que supone el 95% de su peso, estos vegetales se convierten en una opción hidratante y refrescante ideal para integrar en la dieta diaria.
Los calabacines son una fuente notable de vitaminas, especialmente de vitaminas C y B9. La vitamina C refuerza el sistema inmunitario, mientras que la vitamina B9, o ácido fólico, es crucial para el desarrollo celular y la salud del sistema nervioso. Además, los calabacines contienen vitamina A y luteína, que ayudan a proteger los ojos de daños causados por la luz.
Así pues, para los amantes de los calabacines, las comidas saludables, y como opción perfecta para los vegetarianos y veganos, os dejamos una sencilla receta de "calabacines con tomates y aceitunas", que puede ser un acompañamiento para vuestros platos.
Elaboración:
- Lavar y secar los calabacines. Eliminad el culo y el tronco. Cortadlos por la mitad, de modo que le queden dos troncos del mismo tamaño. Seguidamente, se corta cada tronco por la mitad de manera longitudinal (1/2), luego otro corte en longitudinal (1/4), y finalmente otro corte (1/8), hasta que se obtengan 16 palitos alargados.
- En una sartén ancha, calentad aceite y sofreíd el ajo picado.
- Cuando se empiece a dorar, añadir los palillos de calabacín salpimentados y remover a fuego vivo hasta que tomen un poco de color.
- Un par de minutos más tarde, añadan la salsa de tomate y cocinadlo hasta que los calabacines alcancen la textura que más les guste, sean firmes o blandos, sin que se ablanden demasiado, o se romperán.
- Apaguen el fuego, y espolvorean las rodajas de aceitunas y las aromáticas escogidas.
- Comer solos o como acompañamiento de platos de carne o pescado. Si lo prefieren, pueden cocinar la misma receta en el horno.
Como recomendación, es preferible seleccionar calabacines de tamaño pequeño o medio, ya que los ejemplares más grandes tienden a contener más semillas. Es fundamental elegir los ejemplares con piel tersa y brillante para garantizar su frescura y calidad.
Si habéis comprado una cantidad excesiva de calabacines y no sabéis qué hacer con ellos, aquí tenéis un truco útil: ¡podéis congelarlos! Primero, deberéis pelar los calabacines y cortarlos. A continuación, escaldar durante unos minutos y, después, dejar enfriar completamente. Una vez fríos, colocadlos en una bolsa hermética y guardadlos en el congelador para un uso futuro. ¡Este método os permitirá disfrutar de la frescura de los calabacines durante más tiempo!
Esta receta forma parte del libro "Temps de Mercats Volum III". ¡Podéis descubrirlo aquí!.