¿Qué diferencia existe entre el pollo de piel amarilla y el de piel blanca?
¿Alguna vez te has preguntado en qué se diferencian los pollos de piel amarilla de los de piel blanca que encontramos en el mercado? La respuesta corta es que no hay ninguna diferencia, salvo el color. De hecho, aunque como consumidores tenemos cierta preferencia por el pollo amarillo porque lo asociamos mayoritariamente con los sistemas de cría tradicionales, en realidad el color por sí solo no tiene que ver ni con el método de cría, ni con su calidad, ni con sus propiedades nutricionales. Desde la Federación Avícola Catalana, como representantes de los productores de aves de corral de Cataluña, os explicamos por qué esto es así y por qué en el mercado el pollo amarillo ha ido ganando presencia sobre el blanco.
Los pollos de crecimiento lento que encontramos en el mercado, tanto los camperos como otros tipos, suelen ser de color amarillo debido a las preferencias de los consumidores, quienes asociamos este color con una mayor rusticidad y con la cría al aire libre. El color amarillo que tradicionalmente tiene el pollo llamado "de corral" también se encuentra hoy en otros tipos de pollo, por lo que el pollo amarillo tiene más presencia que el blanco en el mercado. Sin embargo, si observamos las propiedades nutricionales o la calidad de la carne, ambos tienen las mismas características. Actualmente, en Cataluña se produce tanto pollo amarillo como pollo blanco para satisfacer las preferencias de todos los consumidores.
La coloración del pollo amarillo se consigue fácilmente añadiendo carotenoides al pienso, como el maíz y/o pigmentos específicamente autorizados. Los carotenoides están presentes de manera natural en varios alimentos, que se pueden reconocer por su color amarillo o naranja. Cuando forman parte de la alimentación de los pollos, hacen que la piel, la grasa e incluso la carne adquieran una coloración amarilla, que puede ser más o menos intensa dependiendo de la cantidad de carotenoides en su alimentación.
Cabe destacar que estos pigmentos, al igual que todos los componentes del pienso, son evaluados de forma muy rigurosa por las autoridades competentes de la Unión Europea en cuanto a su eficacia e inocuidad, y están debidamente autorizados.
Tanto si prefieres el pollo blanco como el amarillo, en cualquier caso estarás eligiendo un alimento fresco y natural de la mejor calidad, sabroso, de fácil digestión y con muchísimas propiedades nutritivas, lo que lo convierte en una opción altamente recomendable como parte de una dieta completa y saludable en todas las etapas de la vida.