Tres salsas caseras para celebrar el Día Mundial de las patatas fritas
Rubias, crujientes por fuera y esponjosas por dentro. Con esta breve descripción, seguramente ya sabéis de qué estamos hablando, ¿verdad? Las patatas fritas son uno de los acompañamientos más famosos y conocidos en todo el mundo. Hamburguesas, albóndigas, pescado frito, filetes… casi todo tipo de carne puede servirse con una pequeña ración de patatas fritas al lado. Hoy, 20 de agosto, celebramos el Día Mundial de este snack tan delicioso, una de las maneras más populares de consumir patatas.
Si hablamos de patatas fritas, sin embargo, podemos referirnos a las mencionadas anteriormente (normalmente alargadas y finas) o a las patatas chips, aquellas que se venden dentro de bolsas como aperitivo y que tienen forma de rodaja. Estas últimas aparecieron por primera vez en Nueva York, a mediados del siglo XIX, y se atribuye su creación al chef George Crum, propietario de un restaurante. Un día, uno de los clientes se quejó múltiples veces a Crum por cortar las patatas demasiado gruesas, así que Crum decidió cortarlas extremadamente finas, para que el cliente no pudiera ni pincharlas con el tenedor, y añadir una gran cantidad de sal. ¿El resultado? El cliente quedó fascinado y empezó a correr la voz de esta nueva elaboración entre otros comensales. Así, las patatas chips fueron acumulando éxito hasta convertirse en lo que son hoy.
Aún más interesante (y polémica) es la historia de las patatas fritas clásicas, y es que hay dos países europeos que se disputan el honor de haberlas inventado: Francia y Bélgica. Los partidarios del origen francés explican que la patata frita nació en París, en el siglo XVIII. Por otro lado, para los defensores del origen belga, las patatas fritas se originaron en Namur, una provincia francófona de Bélgica, a finales del siglo XVII. Se cuenta que los habitantes de la provincia eran aficionados al pescado frito, pero un invierno especialmente frío provocó que se congelara el río donde pescaban habitualmente, así que en lugar de freír pescado utilizaron otro alimento: las patatas.
Aunque es muy difícil determinar su origen real, lo que es evidente es que las patatas fritas se han convertido en un plato internacional. Si una vez hechas se les añade la cantidad justa de sal ya son excelentes, pero hay que decir que unas buenas patatas fritas deben ir acompañadas de una buena salsa para mojar. Por eso, hoy os traemos 3 salsas caseras (y rápidas) de @lacocinadeisacn para que podáis añadir al próximo plato de patatas fritas que preparéis en casa.
La elaboración es la misma para todas las salsas: mezclar todos los ingredientes en un bol.
Salsa con pepinillos. Ingredientes:
- 4 cucharadas de mayonesa
- 1 cucharada de kétchup
- 1 cucharada de mostaza
- 1 cucharadita de ajo en polvo
- 1 cucharada de cebolla en polvo
- 4 pepinillos picados
- 1 cucharada de vinagre
- 2 cucharadas de miel
Salsa ‘Deluxe’. Ingredientes:
- 120 g de yogur natural
- 120 g de crema de queso
- 1 cucharadita de ajo en polvo
- 1 cucharada de orégano
- 1 cucharadita de mostaza
- Un chorrito de zumo de limón
- Una pizca de sal
Salsa de mostaza y miel. Ingredientes:
- 4 cucharadas de mayonesa
- 1 cucharada de mostaza
- 2 cucharadas de miel
- 1 cucharadita de cebolla en polvo
- 1 cucharadita de orégano
