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Hoy celebramos con entusiasmo el día del guacamole, un acompañante que con su sabor fresco y cremoso ha conquistado paladares en todo el mundo y se ha convertido en un plato emblemático de la gastronomía mexicana.

Los orígenes del guacamole se remontan a la antigua cultura azteca de México, donde utilizaban la expresión náhuatl “ahuacamolli", que significa salsa de aguacate. Esta salsa se consideraba un alimento sagrado para los aztecas, que apreciaban profundamente los aguacates y su valor nutricional. Los aguacates eran considerados un símbolo de fertilidad y riqueza, y se creía que tenían propiedades afrodisíacas.

El guacamole tradicional se preparaba en un mortero con una mano de piedra, llamada “molcajete”, utilizando ingredientes como aguacates, cebolla, cilantro, tomates y pimiento de guindilla. Esta técnica ancestral de preparación permitía combinar los ingredientes hasta obtener una consistencia suave y una mezcla perfecta de sabores.

El guacamole se extendió ganando popularidad a nivel internacional y se ha convertido en un acompañamiento versátil y apreciado en muchas culturas. Se usa como “dip” para chips de maíz, vegetales o crustáceos, y también se utiliza como guarnición para platos principales como tacos, burritos y hamburguesas. Su textura suave y su vibrante sabor hacen que sea una elección ideal para realzar los sabores de varios platos.

Además de la receta clásica, existen muchas variaciones del guacamole. Algunas incorporan ingredientes adicionales como el mango para darle un toque tropical, el pimiento verde para añadir textura crujiente o incluso el toque picante del pimiento habanero. Esta versatilidad permite a los amantes del guacamole adaptarlo a su gusto personal y experimentar con nuevas combinaciones. Hoy os recomendamos probar la siguiente receta.

Los ingredientes necesarios para dos personas son:

• 2 aguacates maduros
• 1 tomate mediano, cortado en dados pequeños
• 1 cebolla media, picada finamente
• 1 limón, el zumo
• 1 mesa de ajo, picado finamente
• 1 cucharadita de cilantro fresco picado
• Sal y pimienta al gusto

Elaboración:

1. Cortar los aguacates por la mitad, sacarlos y rascar la pulpa en un cuenco medio.

2. Con un tenedor, triturar los aguacates hasta conseguir una textura suave y cremosa.

3. Agregar en el cuenco el tomate picado, la cebolla picada, el zumo de limón, el ajo picado y el cilantro picado con los aguacates.

4. Mezclar bien todos los ingredientes hasta que estén bien combinados.

5. Probar y ajustar sal y pimienta según el gusto.

6. Dejar reposar el guacamole en el refrigerador durante al menos 30 minutos.

Una vez terminado, ya lo podréis servir con pan tostado, nachos o como acompañamiento por tacos, burritos o ensaladas. ¡Y ahora, solo queda disfrutar de esta salsa única!