El tranvía vuelve a Barcelona

La recuperación de los ayuntamientos democráticos propicia en Barcelona, y en las ciudades del Área Metropolitana, un cambio radical en las políticas de movilidad urbana integradas en la estrategia de recuperación del espacio público urbano. Actuaciones como el derribo del viaducto de la ronda del Mig constituyen un buen ejemplo: el automóvil ya no manda en el urbanismo barcelonés.

En este marco, se observan con atención las experiencias de ciudades europeas que vuelven a implantar el tranvía, utilizándolo no solo como medio de transporte eficaz, sino como un instrumento potente de recuperación de la calidad del espacio urbano. Nantes es la ciudad pionera, pero su experiencia es adoptada rápidamente por todo el continente.

En Barcelona, el año 1987 TMB empieza a planificar la recuperación del tranvía. Cuatro años después, la EMT (antigua Entidad Metropolitana del Transporte que agrupa Barcelona y los diecisiete municipios de la primera corona) convoca un concurso internacional para la implantación de un sistema tranviario entre Barcelona y los municipios del Baix Llobregat.

En 1997 se construyó un tramo experimental en la avenida Diagonal, desde la plaza de la Reina Maria Cristina hasta la plaza de Francesc Macià, en el que se hacen circular dos modelos de tranvía, uno de ALSTOM y el otro de SIEMENS. El éxito de acogida por parte de los ciudadanos da un nuevo impulso a las administraciones y, un año después, el recién creado consorcio ATM, que reúne los ayuntamientos y la Generalitat, convoca un concurso para la concesión y la explotación del tranvía Diagonal-Baix Llobregat (el Trambaix).

La adjudicación de este proyecto a Tramvia Metropolità, el año 2000, comporta el inicio de las obras que se culminarían el año 2004 con el retorno del tranvía a Barcelona y a seis municipios más: L’Hospitalet, Esplugues, Sant Joan Despí, Cornellà, Sant Just Desvern y Sant Feliu del Llobregat.

Aquel mismo año también entró en servicio el Trambesòs, conectando los municipios de Badalona y Sant Adrià del Besòs con la Vila Olímpica, pasando por la plaza de las Glòries Catalanes.

En las dos líneas se han llevado a cabo importantes actuaciones de mejora urbana que comportan un cambio espectacular en la calidad del espacio. Es un valor añadido del nuevo tranvía, que, obviamente, constituye un sistema de transporte público potente, capaz de proporcionar un servicio excelente a millones de pasajeros cada año.

La conexión tranviaria en Barcelona

La futura conexión de los tranvías por la Diagonal soluciona una disfunción actual: un tranvía interrumpido. Al mismo tiempo, permite incrementar su cobertura, tanto urbana como metropolitana.

Con la unificación de la red tranviaria se mejora, pues, la conexión entre varios barrios de la ciudad y también se posibilita conectar Barcelona con los ocho municipios que la rodean (L’Hospitalet de Llobregat, Esplugues de Llobregat, Cornellà de Llobregat, Sant Joan Despí, Sant Just Desvern, Sant Feliu de Llobregat, Sant Adrià de Besòs y Badalona).

Es por este motivo por el que se trata de un elemento clave en la ciudad para impulsar el transporte público y combatir la contaminación atmosférica y acústica en la ciudad derivada de un uso excesivo del vehículo privado motorizado.

Además, el modelo urbano que se quiere implementar con la conexión tranviaria es más saludable, ya que la presencia de menos coches implica una disminución directa de contaminación atmosférica y acústica, pero también más seguridad vial.

En este sentido, la conexión del tranvía es una oportunidad para rediseñar urbanísticamente la ciudad implementando un modelo urbano basado en una movilidad sostenible que priorice a los peatones, las bicicletas y el transporte público con el objetivo de construir una ciudad más saludable, equitativa y sostenible para todo el mundo.

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