Droguería y limpieza

Proliferaron los productos de droguería y limpieza dirigidos al ama de casa, que cuidaba de la economía doméstica y del confort del hogar. Con respecto a la limpieza, abundaban los jabones, y más adelante los detergentes, para hacer la colada a mano o a máquina, pero también las lejías desinfectantes y los líquidos o las cremas para pulir y abrillantar metales y madera, con los correspondientes utensilios para aplicarlos. ¡Todo bien limpio! Complementaba la profilaxis doméstica el uso de insecticidas infalibles contra todo tipo de insectos, mientras los tintes de color para dar nueva vida a la ropa contribuían a la economía familiar. Otro producto de gran popularidad eran las cremas o los betunes de abrillantar zapatos, para asegurarles una larga duración, tanto aplicados en casa como dirigidos a los limpiabotas habituales de la Rambla barcelonesa, hasta hace unos veinticinco años. Todos estos productos eran representados por imágenes muy populares, iconos símbolo de una época y una forma de vivir. Eslóganes ingenuos pero efectivos acompañan, en catalán durante la república, a sus protagonistas.