El arte del novecientos y el descrédito del modernisme

Mientras el modernisme se había forjado en los círculos intelectuales y artísticos con voluntad de modernizar una cultura y de integrarse en Europa, el noucentisme a pesar de desacreditar al modernisme y al individualismo ochocentista, con su vocación institucionalizadora hizo realidad algunas de las propuestas culturales de los modernistas. Tal es el caso de las industrias artísticas, los oficios artísticos o los “bellos oficios”, como se llamaban, que establecieron un nexo entre ambos movimientos y continuaron trazando el camino de la cultura del diseño, evidenciando el valor social del arte. El objetivo era trabajar en pro de la identidad nacional, por un arte catalán de raíz mediterránea que embelleciera la ciudad mediante la buena práctica de los oficios artesanos. En términos actuales, poner el diseño al servicio de la identidad. Pese a todo, Gaudí, y en especial la gran empresa de la construcción de la Sagrada Familia, coincidía con la ideología dominante del catalanismo noucentista, que había definido Torras i Bages en La tradició catalana, en 1892, reeditada, no obstante, en 1906.