La curva continua

La continuidad lineal puede ser real o simulada. En el primer caso, la intención es utilizar el mínimo número de piezas, para ahorrar material, mientras que en el segundo caso hay una voluntad rítmica en la construcción del objeto. Eso se hace evidente en la trona, donde la curva de los brazos tiene continuidad en las patas de delante, mientras que en la silla de madera la continuidad es visible en los brazos y en el respaldo, aquí reducido a la mínima expresión: una simple intersección entre dos líneas. La silla de ratán persevera en esta idea y convierte respaldo, brazos y asiento en una única curva continua.