Lavadero y ducha

El lavadero y el plato de ducha comparten un espacio de tamaño reducido, pero ventilado, con una ventana que da al exterior que también permite que entre la luz. Ambos se sitúan en esta zona húmeda de uso puntual y están separados del lavabo por una pared que no llega al techo, favoreciendo así la ventilación.

El lavadero es una pieza de cemento situada sobre una estructura de obra. Sus considerables dimensiones, de 66 × 75 cm, son suficientes para hacer la colada. Al lado se sitúa el plato de ducha, de acero esmaltado al fuego de color blanco, de 80 × 70 cm, que está situado directamente sobre el pavimento hidráulico. Unas pequeñas patas lo elevan 22 cm del suelo para que desagüe mejor. La pared cuenta con tres capas de pintura de esmalte que la protegen de las humedades. El brazo de ducha es de latón niquelado, igual que los grifos. El techo aquí es visto y deja al descubierto las bóvedas catalanas.