Prestigio

La alta costura es, desde sus inicios, la máxima expresión de una experiencia de lujo, exclusividad, singularidad y exquisitez, específicamente centrada en el mundo de las mujeres de una élite acaudalada. Las clientas de la alta costura viven en un mundo de refinado lujo, y amplían su guardarropa con el pretexto de cualquier acto social. La importancia de conocer los códigos de etiqueta es fundamental para formar parte de este club elitista. Acceder a algunos salones de alta costura era muy difícil, debido al prestigio de la casa, que en muchos casos venía dictaminado por los medios de comunicación especializados, como las revistas de moda.

En los salones, de un depurado estilo neutro para no alterar la impresión que causaban los modelos, la colección se presentaba ante un número reducido de compradoras, que eran recibidas por una vendedora. Las nuevas clientas eran introducidas mediante recomendación de una clienta de la casa, y se les asignaba desde el primer momento una vendedora que les aconsejaba en sus decisiones. 

Antes de la apertura de la Casa Balenciaga en París, en 1937, no conocemos la existencia de un departamento específico de sombrerería en los tres salones EISA abiertos en San Sebastián (1927), Madrid (1933) y Barcelona (1935). Por ello esta exposición muestra la creación de sombreros desde finales de los años 30 hasta el cierre de las casas en 1968.