Barcelona Cultura

¡Encuentra el objeto! Soluciones de la semana 10

¿Habéis descubierto los objetos escondidos en la exposición virtual Extraordinarias?

Aquí tenéis las soluciones a las pistas:

  • Objeto 1: Tienen agujas que no pinchan. Los encontraréis bajo una cúpula transparente. Con el tiempo se convirtieron en un objeto muy popular pero estos modelos estaban al alcance de muy pocas personas. Si no son digitales hacen un sonido muy característico.
    Solución: La colección de relojes personales del Museo del Diseño alcanza todas las épocas, las escuelas más prestigiosas y las funcionalidades técnicas más interesantes. Hasta la aparición de los primeros relojes de pulsera a principios del siglo XX, solo las clases más altas y la nobleza podían adquirir relojes de bolsillo y así tener acceso al "tiempo". El resto de población tenía que conformarse con consultar el reloj del campanario o guiarse por el sol. Los relojes de bolsillo eran verdaderas obras de ingeniería que se fueron perfeccionando hasta llegar a adaptar la maquinaria a la forma deseada. De este modo se pudieron fabricar verdaderas joyas, como este reloj-colgante en forma de tulipán del s. XIX. Esta pieza formaba parte del conjunto de vestuario de su propietaria, que lo lucía como muestra de su estatus y poder económico. Hecho con filigrana de oro, esmalte traslúcido y piedras preciosas, este reloj esconde un mecanismo que al apretar la hoja inferior hace abrir la flor para dejar a cuerpo descubierto la esfera del reloj, añadiendo un punto de teatralidad y ostentación al momento de consultar la hora.
  • Objeto 2: Buscamos unas piezas que se hicieron entre los siglos XVI y XIX. Tienen muchos cajones, algunos quedan escondidos y por eso también se llamaban secreter. Todavía usamos pero actualmente son modelos con menos decoración. Estos tienen ornamentos de marquetería, cenefas, algunos incluso incrustaciones de oro y plata. Seguro que las personas que los usaron utilizaban tintero y pluma.
    Solución: El escritorio es un mueble que se ideó para guardar documentos, dinero y objetos de valor en los interiores, la estructura del cual permitía igualmente el traslado fácil. Todo apunta que la tipología nace en España en el segundo tercio del siglo XVI en el formato denominado en catalán arquimesa, es decir, con una tapa frontal abatible y, a veces, también con otra de superior. Diferentes centros europeos desarrollaron propuestas originales que competían en el mercado internacional y dejaban constancia del ingenio de los creadores. El escritorio se difundió paralelamente al interés por el conocimiento empírico. Así, en Augsburgo se convirtió en un pequeño contenedor de maravillas que se tenía que admirar, pero sobre todo tocar y aprender con él, agudizando la observación. Se llegó a establecer una relación entre continente y contenido, que el usuario tenía que descubrir y que servía de carta de presentación de la cultura del propietario. En Amberes, el interés por la óptica transformó el espacio interior central en una perspectiva conmigo- esparaveles; y en Roma y Nápoles se hicieron muebles de grandes dimensiones para situarlos como protagonistas en las galerías de los palacios barrocos. El alta consideración del escritorio como objeto artístico se mantuvo más allá de la época moderna y su presencia es constante en las mejores colecciones de arte. El Museo del Diseño de Barcelona conserva un notable conjunto de escritorios de los siglos XVI y XVII originarios de los principales centros productores europeos.
  • Objeto 3: Objetos de cobre que se podían encontrar en las mesas de las casas medievales. También se usaban como barreño. Se hacían a mano así que los artesanos dedicaban muchas horas a decorarlas. Si caen al suelo pueden hacer bastante ruido.
    Solución: Las bacinas de latón se empleaban tanto en el ámbito litúrgico como en el doméstico. Dentro del hogar, servían principalmente de bandejas, servidoras o lava manos. Las leyendas están escritas mayoritariamente con letra gótica y lengua alemana o neerlandesa. predominan las que repiten expresiones de bienaventuranza, esperanza o alegría.
  • Objeto 4: Buscad pinturas aunque no son cuadros. Sobre todo encontraréis ángeles, santos y vírgenes. Delante os tenéis que imaginar una cama. En algunas de las piezas encontraréis un baldaquín sostenido en sus extremos por angelotes.
    Solución: Cabecera de cama. La habitación de dormir se normalizó como un reducto de intimidad y espacio de descanso a lo largo del setecientos, fruto de los cambios de mentalidad. En Cataluña, como sucedió en otras comarcas, el mobiliario de estos aposentos se adecuó a gustos y modas en cuanto a tipologías, estructuras y ornamentaciones. La cama acontece el eje vertebrador de un universo particular. Entre las diferentes tipologías de camas existentes a lo largo del siglo XVIII, en Cataluña, los más idiosincrásicos del periodo fueron los formados por ricas y vistosas cabeceras policromadas, los cuales son conocidos popularmente como camas de Olot, si bien en otras muchas comarcas también tenemos constancia de su producción. En el museo custodiamos ocho cabeceros policromados que representan un abanico importante y muy representativo de esta manufactura.

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