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Isabel Campi: "Hay que mantener viva la memoria de las mujeres diseñadoras para que no caiga en el olvido"

Isabel Campi es diseñadora, investigadora y docente. Nacida en Barcelona en 1951, tuvo claro, desde muy joven, que quería estudiar una carrera relacionada con el ámbito de la creación. Y así fue. En 1969 se graduó en Artes Aplicadas, en la especialidad de diseño, y cuatro años más tarde en Diseño Industrial en la Escuela Eina. Poco después entraría en una de las escuelas de diseño referentes en la ciudad de Barcelona, ​​la Escuela Massana, pero esta vez como docente en asignaturas como Historia y teoría del diseño industrial.

Fruto de esta experiencia se dio cuenta de que, además de la creación, también le interesaban la teoría y la historia, dos disciplinas que la llevaron a licenciarse, con 53 años, en Historia del arte en la Universidad de Barcelona y a hacer el doctorado con una tesis sobre el diseño de producto en el siglo XX. Actualmente es la fundadora y presidenta de la Fundación Historia del Diseño.

Con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, dedicamos la serie En primera persona a esta ferviente investigadora, y conocemos cuáles fueron las grandes pioneras del diseño internacional.

¿Qué obstáculos ha tenido que superar la mujer diseñadora para destacar en este terreno?

La historia ha sido machista y racista. Y los hombres que hacían historia suponían que las mujeres no tenían talento, ni creatividad, ni podían llegar al estatus de los hombres. Incluso, ha habido mujeres diseñadoras que trabajaron junto a grandes genios y la gente se pensaba que ellas eran las secretarias. Y luego se ha visto que no, que eran las socias de estos. Y que eran diseñadoras con talento, que cuando el marido o el socio murió o se separaron, ellas continuaron con sus estudios y su carrera. Después hay muchas que han trabajado por su cuenta y que tuvieron que luchar muchas veces para adquirir formación. Para poder trabajar necesitabas tener formación. Y como se suponía que las chicas sólo servían para casarse y tener hijos, las mismas familias les ponían problemas. Pero lo consiguieron.

En tu experiencia docente, ¿has percibido aún diferencias entre el acceso de mujeres y hombres en los estudios de diseño?

Yo he sido profesora en escuelas de diseño hasta que me jubilé. Y sin que haya ninguna presión, las chicas se autoseleccionan. He dado asignaturas de historia del diseño en escuelas. En el grupo de diseño textil todo eran chicas, el grupo de diseño gráfico e interiores estaba equilibrado, y al grupo de diseño industrial casi todo eran chicos. Y esto ocurría hace cuatro días, no en 1919. Las chicas van a carreras de la salud y de letras. Y los chicos van a carreras técnicas. Los estereotipos de género funcionan.

¿Por qué es importante la Bauhaus en la emancipación creativa de las mujeres diseñadoras?

El caso de las mujeres de la Bauhaus es muy interesante. La Bauhaus aparentemente no era una escuela discriminatoria. Cuando se fundó salieron proclamas diciendo que era una escuela abierta a todos, sin distinciones de sexo ni razas. Pero después cuando las mujeres accedían sólo se las dirigía hacia el taller textil porque creían que las chicas sólo podían hacer diseño textil. Y las que quisieron ir al taller de carpintería o al taller metálico les pusieron muchas pegas. Pero ellas lo consiguieron y entraron.

Además, la Bauhaus estaba muy preocupada por no parecer una escuela de artes y oficios de chicas, que en aquella época había en Alemania. Estaban muy preocupados por la imagen de la escuela. Cuando esta abrió en 1919, la mitad del alumnado eran chicas. Y después el número de chicas estudiantes fue bajando porque la Bauhaus se convirtió en una escuela más técnica. Lo curioso es que, años más tarde, el taller textil fue uno de los más productivos y rentables de la escuela.

¿Y la Escuela de Ulm?

La Escuela de Ulm se fundó entre 1953 y 1955, coincidiendo con la segunda ola del feminismo. Y aunque no entraron muchas mujeres, tuvo un papel mucho más normalizado. Las que salieron aún viven, y han creado una asociación de mujeres de la escuela del Ulm. Y dicen que, para ellas, era muy estimulante tener la sensación de que participaban en la nueva cultura de la era técnica. No lo tuvieron tan complicado como las chicas de la Bauhaus, pero aun así también explican que se casaron con compañeros suyos, y que su trabajo quedó un poco escondido porque se explicaba que los creativos eran ellos. Y ellas, las ayudantes, las que cuidaban a los niños.

Lilly Reich trabajó con Mies van der Rohe, y Charlotte Perriand con Le Corbusier. ¿Qué visibilidad tuvieron estas diseñadoras?

Ninguna. Lilly Reich cayó totalmente en el olvido. Ella era la socia y pareja de Mies van der Rohe. Pero cuando él fue a los Estados Unidos, Lilly Reich se quedó en Alemania y continuó trabajando por su cuenta. Su legado quedó totalmente olvidado, hasta que hace unos años una investigadora encontró en el legado de Mies van der Rohe, que está en el MoMa de Nueva York, unos planos firmados con las iniciales 'LR'. No sabían de qué se trataban, hasta que, haciendo investigación, y ayudados por una sobrina suya, descubrieron que aquellos planos eran de Lilly Reich. Y ahí empezaron las investigaciones. Laura Martínez de Guereñu, por ejemplo, ha hecho una investigación exhaustiva sobre Lilly Reich y resulta que trabajó muchísimo en la exposición del 29 en el pabellón alemán. Ella tuvo un papel destacado en el proyecto, firmó el contrato junto con Mies van der Rohe y no se la mencionaba.

Por su parte, Charlote Perriand trabajó un par de años con Le Corbusier en diseño de mobiliario. Se pensaba que era la ayudante y que no había tenido ningún papel en sus proyectos, cuando resulta que Charlote Perriand, después de trabajar con Le Corbusier, continuó trabajando por su cuenta.

Qué lástima que el reconocimiento siempre llegue más tarde, a consecuencia de investigaciones y no en su momento. ¿Nos puedes destacar algunas diseñadoras invisibles durante su tiempo?

Ray Kaiser y Charles Eames se conocieron en la Cranbrook Academy of Art. Ella era escultora y él era arquitecto. Y se casaron y trabajaron toda la vida juntos. Cuando él murió, bastante joven, Ray Kaiser continuó hasta que se jubiló. Pero no la citaban nunca y en los proyectos sólo salía el nombre de Charles Eames. Hasta que unas investigadoras descubrieron que ella no era ni la secretaria ni la ayudante, sino que era una mujer con una creatividad fantástica y que llevaba la parte más creativa del diseño, mientras que Charles Eames llevaba la parte más estructural. Ahora ya nadie se atreve a decir que Charles Eames trabajaba solo.

El caso de las estadounidenses y la industria del automóvil es poco conocido. Trabajaban en General Motors y habían sido contratadas para trabajar en el diseño de interiores de todas las gamas y marcas del grupo. La empresa se enorgullecía de ellas y su director las llamaba "las damiselas del diseño", lo que a ellas no les gustaba nada porque no se ponía en valor su calidad. Muchas diseñadoras decían "No diseñamos tanto para autorepresentar, sino para hacer cosas útiles y prácticas". En el sector del automóvil también cabe destacar Suzanne Vanderbild, que trabajó 25 años en General Motors y llegó a ser la directora de la división Chevrolet Interior II.

También cabe destacar Florence Knoll, una diseñadora americana muy bien formada que se casó con Hans Knoll, director de una empresa muy importante de mobiliario. Al cabo de unos años, cuando él murió, ella continuó al frente del departamento de la empresa y diseñó muchos muebles para Knoll. Por su parte, Anna Castelli-Ferrari diseñó unas piezas muy conocidas, los muebles de plástico Kartell, que todavía se fabrican. De hecho, sus muebles son considerados como un icono del diseño italiano de los años sesenta.

¿Cuáles son las diseñadoras de la actualidad qué no debemos perder la pista?

Actualmente a escala internacional es muy famosa Patricia Urquiola, una diseñadora vasca que trabaja en Milán. De gráfica hay muy buenas, por ejemplo, Ana Zelich, una pionera del diseño digital que fue a trabajar a Estados Unidos. Tampoco hay que olvidar a Pilar Villuendas, que tuvo un papel muy importante en los Juegos Olímpicos, o Carmen Vives, muy buena diseñadora.

Se debe mantener viva la memoria de las mujeres diseñadoras para que no caiga en el olvido. Pero aquí llevamos una generación de retraso. Yo creo que somos las mismas mujeres las que nos hemos de creer que valemos. No digo que la culpa sea de las mismas mujeres, pero nos lo tenemos que creer. Y a la vez, estas diseñadoras deben ser referentes para los estudiantes actuales. Es muy importante que los estudiantes tengan referentes de mujeres que vienen de carreras técnicas. Espero que la presencia de la mujer diseñadora cambie. Ha cambiado, pero todavía tiene que cambiar más.

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