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“Las mujeres y los cuerpos disidentes son aún incómodos para las grandes colecciones”, charla D-Generades con Júlia Lull

La historiadora del arte, educadora y activista feminista, Júlia Lull fue la encargada de dar el pistoletazo de salida a la tercera edición de las Jornadas D-Generades amb la ponencia “Hijas bastardas: cuerpos y disidencias contra el mito de la belleza”, en el Disseny Hub

Lull es especialista en teoría de la imagen. Su trabajo se centra desde hace diez años en la investigación de nuevas metodologías de aproximación a las imágenes y en el diseño de proyectos de educación a través de las artes. Además, es coordinadora de proyectos de mediación y del equipo de educadoras del Museu Nacional de Catalunya. Conversamos con ella sobre el impacto de la mediación con visión feminista en los equipamientos culturales.

Desde el Museo en el que trabajas, el MNAC, ¿cómo se puede cambiar la historia del arte desde la perspectiva de género?

En el Museu Nacional, desde que llegué ya hace ocho años, intentamos cambiar la forma en que se nos cuenta la historia. Trabajamos con el equipo de educadoras para generar visitas específicas de género pero también críticas con el mundo que nos rodea. Ha sido una tarea compleja y exigente, porque no siempre ha contado con el apoyo de la propia institución. Ahora, gracias a la persistencia del equipo y al Departamento de Educación tenemos un programa de visitas para escuelas con un claro posicionamiento feminista y LGTBIQ+.

Para mí es fundamental que estas actividades se encuentren en el centro del museo porque son los primeros ejercicios que nos permiten hacer crítica de cómo se han articulado las colecciones, bajo qué prioridades y deseos. Qué ha querido enseñarse y qué se ha desatendido o directamente escondido. Las mujeres y los cuerpos disidentes son todavía un elemento incómodo para las grandes colecciones. Aún no se ha asumido de forma valiente que nuestro imaginario ha sido secuestrado por el patriarcado, y que los museos tienen la tarea de ayudar a liberarnos de este sometimiento.

¿Y cómo se puede visibilizar el papel de las mujeres artistas y sus obras?

En primer lugar, los museos deberían revisar de forma más profunda cómo se construye el discurso curatorial de la exposición permanente. No se trata sólo de mostrar a una o dos mujeres artistas, sino de hacer que las colecciones expongan también los procesos de sometimiento de las mujeres que el arte ha contribuido a perpetuar, así como otros ejes de opresión como la raza y la clase.

Una colección puede explicarse de muchas maneras. Debemos salir de los discursos del artista genio, de los estilos o las épocas como cajas estancas para contar una historia más social del arte que nos permita pensar el mundo y pensarnos a nosotros mismos. No podemos relegar a los posicionamientos feministas a actividades puntuales o exposiciones temporales. Un equipo de mediación formado en coeducación y perspectiva de género es fundamental para acompañar a estos procesos de toma de conciencia. Sin una buena mediación, el trabajo nunca será del todo eficaz

Puedes ver aquí el video de la su intervención en la jornada.

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