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Plisar una tela para ajustarse al cuerpo

Mariano Fortuny (1871-1949) fue artista, escenógrafo y empresario textil. Desde 1902 colaboró con su compañera Henriette Nigrin (1877-1965), con el nombre completo de Àdele Henriette Elisabet Nigrin Brassart, que se casó con Mariano Fortuny el 1924, y colaboró con él en la creación de estampado de telas, tintes y trajes hasta la muerte del artista. Los estudios de Silvia Bañares han hecho posible cambiar la autoría de la invención del tejido y de los famosos vestidos Delphos y Peplos, para incluir a Henriette Nigrin en la documentación y en la autoría*: “desde su llegada a Venecia en el año 1902 hasta la muerte de su marido en 1949, Henriette estuvo al frente del proceso creativo desempeñado en el Palacio Pesaro Orfei, lugar en el que además se vendían sus creaciones”.

El diseño de las túnicas Delphos y Peplos probablemente está inspirado en la estatua de la auriga de Delphos, que se encuentra al Museo del Louvre. Los trajes fueron patentados en el 1909, mucho antes de los trajes de los años veinte que dejaban el cuerpo en libertad. A la patente que ha consultado la investigadora Silvia Bañares, Mariano Fortuny escribe a mano que el tejido plisado y ondulado de seda es un invento de Henriette Nigrin.

Crearon una ingeniosa máquina para plisar tejidos de seda. Los colores, obtenidos a base de tintes naturales y otros, los producían Fortuny y Nigrin en su fábrica de Venecia con un gran secretismo; tanto que, cuando murió, se dice que su mujer lo tiró todo en el Gran Canal de Venecia.

La transcripción sería: “Ce brevet est de la propriété de Madame Henriette Brassart qui est l’inventeur. J’ai pris ce brevet en mon nom pour l’urgence du depôt... Le 10 juin 1909 à Paris. Fortuny”. **

En el mencionado artículo, Bañares cita a Mariano Fortuny, que explica cómo colaboraban: “Ma femme et moi, nous avons fondé, au Palazzo Orfei un atelier d’impression suivant une méthode entièrement nouvelle. Cette industrie a commencé par les châles en soie et s’est développée avec des robes”. ***

La investigadora Sílvia Bañares ha encontrado en la Biblioteca Nacional Marciana de Venecia un borrador de una carta que escribe Henriette Nigrin (que es como se decía a ella misma), donde afirma que los trajes son de su creación:

Per quanto concerne al Delphos, dopo maturo esame, e ciò mi fatto ritardare a responderti, sono venuta nella determinazione irrevocable di cessare la produzione a carattere commerciale. Considero poi che tali vesti, ancor più di tante altre, sono de la mia propia creazione, desidero che non siano riprese da altri, e pertanto al commercio della Delphos si deve porre la parole ‘fine’”. ****

Para llevar esta túnica, no había que llevar ni corsé ni mucha ropa interior. El traje podía llevar un tipo de forro de lino a la parte superior, y a veces se venía con unas calcetas de la misma seda. Al principio de su producción solo se llevaba en espacios interiores para fiestas privadas, por qué exponía el cuerpo en miradas ajenas. La túnica tuvo tanto éxito que se confeccionó de 1907 hasta 1952: todas las mujeres ricas del mundo tenían que tener una. 

 

* BAÑARES, Silvia, “Henriette Nigrin, la creadora del Delphos”, a I Coloquio de Investigadores en Textil y Moda, Terrassa, 2017, pp. 43 a 47.
** “Esta patente es de la propiedad de Madame Henriette Brassart que es la inventora. He puesto la patente a mi nombre por la urgencia del registro... 10 de junio de 1909 a Paris, Fortuny”. 
*** “Mi mujer y yo hemos creado en el Palazzo Orfei según una técnica totalmente nueva. Esta industria ha empezado por los chales de seda y se ha desarrollado con los trajes”. Citado en el artículo de Silvia Bañares, op. Cit. del libro FERRETI, D., “Ritratto di una musa”, en Henriette Fortuny, Ritratto di una musa. Museo Fortuny Venezia Pallazzo Orfei, 2015, p. 14. 
**** “En cuanto al Delphos, después de un análisis cuidadoso, que me ha hecho atrasarme en mi respuesta, he decidido irrevocablemente cesar la producción de carácter comercial. Considero pues que estos trajes, todavía más que tantos otros, son de mi propia creación, y deseo que no sean hechos por otras personas, y por tanto al comercio del Delphos se tiene que poner la palabra ‘fin’”. Este es uno de los borradores de una carta, encontrado por la investigadora Silvia Bañares en la Biblioteca Nacional Marciana, Fondo Mariutti-Fortuny M.1.10.52 i M.1.10.32.

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