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El hombre de la guitarra
«Cultura jo no en faig, jo tan sols canto / cançons de gust dubtós, / m’ho han dit a voltes, / d’altres han opinat que sovintejo / amb certes paraulotes poca-soltes.» (“La cultura”. Francesc Pi de la Serra, 1974)
Quico (Barcelona, 1942) se considera un artesano que hace canciones; de oficio: cantautor. Es el mayor de los Setze Jutges en activo y el aprendiz más joven tocado por el blues i por la magia de Big Bill Broonzy. Encomendado de la manera de decir las cosas de Brassens, Pi de la Serra puede reivindicar después de 75 años de vida un cancionero relativamente corto pero efectivo, en el que las canciones evocan desde su nombre imágenes que, una vez escuchadas, ya nunca nos abandonarán.
L’home del carrer, Verda, Cançó de l’atzar, Si els fills de puta volessin no veuríem mai el sol, Passejant per Barcelona, Fills de Buda, Suau, forman parte de nuestra historia y la de un país que, a menudo, no ha sido demasiado justo con sus creadores. Quico, pero, ha tenido siempre al lado a sus amigos: los de aquí “Bonet, Serrat, el añorado Ovidi”, los de allí –Sabina, Aute, Ana Belén–, y los de más allá –Paolo Conte, Gilberto Gil, Caetano Veloso...–. Todos ellos compañeros que han compartido con el el arte de querer; de querer la música, su oficio y su herramienta: la guitarra. Ya desde muy joven se dejó cautivar por los acordes tríadas del rock con su grupo Els 4 Gats, intérpretes de himnos y bailes ye-ye com el “Cla i cat”. En paralelo, y bajo el cobijo de los Jutges, Pi de la Serra se encontró acompañado de Miquel Porter y escribiendo sus primeras canciones con aires de chanson socarrona. Muy pronto, la sombra brasseniana de sus rimas empezó a brillar con la luz del blues.
Desde que lo descubrió en el Jamboree, siempre lo ha acompañado. Es así como encomienda su pasión cada semana “desde hace veintinco años!” a través de su programa T’agrada el blues? en la sintonía de Catalunya Ràdio.
Irreverente por definición, las canciones y el humor –el bueno y el malo– de Quico funcionan como un antídoto al aburrimiento, construidas sobre una escala de valores muy sencilla. Casi toda la obra del músico barcelonés se aguanta sobre cuatro pilares: la justícia, la libertad, la igualdad y el respeto. El pasado domingo día 16 de diciembre presentó junto a Amadeu Casas a la guitarra y con Joan Pau Cumellas a la harmónica– las canciones de sus dos últimos trabajos, “Quicolabora” (Temps Record, 2011) y “Dues tasses” (Temps Record, 2015).