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El Museu de la Música de Barcelona me ha propuesto comentar dos grabaciones sonoras de Josefina Huguet. Primero, situemos a la cantante. Josefina Huguet nació en Barcelona el 21 de septiembre del año 1871, de padres de Urgell establecidos en Barcelona. Empezó los estudios de canto con el maestro Bonet y, el año 1888, con sólo 17 años, debutaba en el Liceu con papeles pequeños de  de La africana, El barbero de Sevilla y La favorita, y con Micaëla, de la ópera Carmen. La fama creció y fue reconocida internacionalmente, llegando a cantar desde el Teatro alla Scala de Milán a Nueva York. Fue la primera soprano catalana que el año 1903 grabó un disco de ópera. En Buenos Aires hablaban de la “garganta Huguet” como una voz privilegiada y un fenómeno del mundo del canto.

Estas dos grabaciones son: 

• un disco publicado por The Gramophone and Typewriter, grabado alrededor del año 1902, de una sola cara, de shellac negro, de 2 minutos y 4 segundos de duración, y que podés escuchar aquí; 

• y un cilindro de cera de la Biblioteca de Catalunya; este cilindro  es de cera marrón y tiene una duración de 2 minutos y 27 segundos, utilizando los primeros segundos para anunciar el contenido con la frase "Allegro del primer acto de la Linda de Chamounix cantado por la eminente diva Josefina Huguet" (eso, sí, con una más que evidente fonética catalana), y los últimos para incluir los aplaudimientos de los asistentes a la interpretación y expresiones como “Molt bé!” (¡Muy bien!). Curiosamente, el cilindro no solo dura unos segundos más que el disco, sino que tiene una mejor definición del sonido, seguramente por tener un mejor estado de conservación en el momento de la digitalización.

En estas dos grabaciones podéis escuchar un fragmento de Linda di Chamounix de Gaetano Donizetti (1797-1848), ópera estrenada en Viena en 1842 y presentada en la primera temporada del Gran Teatre del Liceu, en 1847. La cavatina “O luce di quest’anima” siempre ha sido muy apreciada por las sopranos porque tiene un carácter y una estructura que permite a la artista exhibir sus recursos vocales, añadiendo ornamentos y variaciones. Una cavatina es un tipo de aria que solía ir al principio de la ópera, sirviendo de presentación del cantante, y construida con una estructura binaria, o sea, solía tener dos estrofas aunque, a veces, el texto era el mismo. En este caso, las estrofas están formadas por dos frases bastante similares: A y A’ (la segunda difiere sólo un poco de la primera). Además, Donizetti añade una coda final muy brillante, para acabar de redondear la pieza. Por lo tanto, su estructura general es: AA’ - AA’ - coda. Tanta repetición exigía, claro, a la mejor de las divas, no sólo como cantante sino como músico, ya que se esperaba que enriquecieran cada nueva A con mil y una filigranas.

Dadas las limitaciones de duración de las grabaciones de esta época, la «Sra. Huguet» no puede cantar la aria completa, así que hace dos versiones incompletas, sin renunciar, pero, a ornamentar, cada vez más, la frase principal. En la versión del disco de The Gramophone canta una estrofa entera y la coda (AA’ + coda) mientras que en la del cilindro de cera canta las dos estrofas, el inicio de la coda y una breve cadenza (AA’ - A’’A’’’ + cadenza), despachando la cavatina de manera muy vistosa. ¿Qué es una cadenza? Es un fragmento brillante, habitualmente corto y sin acompañamiento que suele coincidir con un final de sección.

Si escucháis las dos versiones una tras de otra, apreciaréis la capacidad de recrear de maneras diferentes la misma frase con ornamentaciones y curvas que permiten entender la gran capacidad creativa y la sorprendente habilidad vocal de una de las divas que triunfaron justo en la última década del siglo XIX y la primera del siglo XX. Grabó sólo entre 1903 y 1910, año en que se retiró de la interpretación. Estas grabaciones nos permiten, pues, apreciar de primera mano el estilo del belcanto del siglo XIX.