La voz es memoria y es olvido. Es la persona y su gesto. Es mediadora de la vida social y a la vez creadora de identidades. Y, aun así, la voz es un artificio sutil, una actividad evanescente y de apariencia delicada. Cada cultura tiene multitud de voces y cada persona, multitud de formas de decir, hablar y cantar. En las orillas y en las islas del Mediterráneo resuena un sinfín de ejemplos vocales que construyen cada situación, cada momento de cotidianidad o de emoción compartida. Las fronteras expresivas resultan muy difíciles de precisar. Más allá de las lenguas y los acentos, hablar, cantar, chillar, llorar, todo ello conforma un arco continuado de coloraciones sonoras. La diversidad sonora es notable. No obstante, en cada lugar, por muy alejado que esté, re-encontramos el recuerdo de voces conocidas. Déjate seducir por las entonaciones y los timbres, por el gusto de los acentos y los ritmos.