Historia de Vilapicina i la Torre Llobeta
Vilapicina ocupa la zona más meridional de Nou Barris y se urbanizó antes que los demás barrios del distrito. Destaca por su antigüedad el núcleo de Santa Eulàlia de Vilapicina, formado por la antigua iglesia homónima y por los edificios de Ca N’Artés, un antiguo hostal construido entre los siglos XV y XVI, y Can Basté, una antigua masía del siglo XVIII. Este conjunto queda hoy integrado en el barrio vecino del Turó de la Peira, al situarse en la acera de levante del paseo de Fabra i Puig, que actúa de límite.
El otro elemento destacable es la magnífica casa señorial de estilo gótico catalán de Torre Llobeta, construida en el siglo XV y convertida posteriormente en masía, con una gran extensión de terrenos agrícolas. A finales del siglo XVIII era un lugar de descanso para los caminantes y viajeros que iban de Horta a Barcelona; ahí paraban a desayunar y dejaban a los caballos descansar y abrevar. El entorno de la torre, entonces propiedad del ejército, fue destinado, después de la Guerra Civil, a la construcción de vivienda social, con un polígono de once bloques que estuvieron ocupados entre los años 1952 y 1955 para acoger a las personas desahuciadas de las obras de la apertura de la avenida de las Drassanes. El último propietario cedió la finca al Ayuntamiento para uso social, y al fin fue restaurada y recuperada para utilidad pública gracias a las luchas vecinales. Este conjunto compone un vecindario con personalidad propia.
Cabe destacar, también, el pasaje de la Esperança, formado por catorce casas sencillas construidas al final de los años veinte bajo la influencia del estilo novecentista y el art déco. Son comunes en todas ellas las ventanas alargadas y enrejadas y los frontones de las azoteas, redondeados, pequeños y decorados con unos grandes ramos de flores esgrafiados.
El barrio se estructura sobre los ejes del paseo de Fabra i Puig y de Maragall, en ambos extremos laterales, y el eje Cartellà-Costa y Cuixart-Escòcia, en el centro, que se ha convertido en la “calle mayor” de Vilapicina. La plaza del Virrei Amat es el punto de encuentro más céntrico y más importante del barrio. Bien cerca, en los terrenos de las antiguas cocheras de autobuses de Borbó, encontramos una gran manzana de equipamientos de alcance ciudadano y local, que incluye una biblioteca, un centro deportivo, un casal de personas mayores y un centro de atención sanitaria. Recientemente se han urbanizado las aceras perimetrales de las antiguas cocheras y también, provisionalmente, la parcela interior de este sector, donde la Generalitat de Catalunya tiene previsto construir un equipamiento en el futuro. Con esta actuación se ha creado un nuevo punto de encuentro y servicios en el barrio. Este nuevo espacio, para fomentar la recuperación de la memoria histórica de los barrios, se denominará jardines de Can Xiringoi, como reconocimiento a la masía que ocupaba los terrenos donde posteriormente se construyeron las cocheras de Borbó. De igual manera, la masía de Can Sitjà dará nombre a una plaza del barrio.