CRISTIANISMO | ¿Qué es el Adviento?

El Adviento es el primer periodo del año litúrgico cristiano, que consiste en un tiempo de preparación espiritual para la celebración del nacimiento de Jesús. Su duración suele ser de 22 a 28 días, dado que lo integran necesariamente los cuatro domingos más próximos a la festividad de la Natividad (celebración litúrgica de Navidad), pero en el caso de la Iglesia ortodoxa, el Adviento se extiende 40 días, desde el 28 de noviembre hasta el 6 de enero (la Iglesia ortodoxa, según el calendario juliano, celebra Navidad el 7 de enero). El Adviento (en latín, adventus Redemptoris, “venida del Redentor”) marca el inicio del año litúrgico en casi todas las confesiones cristianas. Durante este periodo las personas empiezan a prepararse espiritualmente para celebrar la conmemoración del nacimiento de Jesucristo y para renovar la esperanza en la segunda venida de Cristo Jesús, al final de los tiempos.

Las personas fieles cristianas consideran el Adviento como un tiempo de oración y de reflexión caracterizado por la espera vigilante (es decir, tiempo de esperanza y de vigilia), de arrepentimiento, de perdón y de alegría. En la Iglesia ortodoxa, el Adviento incluye como nota particular una abstinencia estricta de ciertos alimentos, que se vuelve en un ayuno estricto (conocido como el ayuno de la Natividad) en el caso de la Iglesia ortodoxa copta.

Con particularidades litúrgicas propias, prácticamente todas las iglesias cristianas históricas celebran este tiempo: la Iglesia católica apostólica romana, la Iglesia católica apostólica ortodoxa, la Comunión Anglicana, las iglesias protestantes (luterana, presbiteriana, metodista, etcétera) y la Iglesia ortodoxa copta, entre otras.

LA CORONA DE ADVIENTO

Durante el Adviento, se coloca en las iglesias y también en algunos hogares una corona de ramas de pino o abeto, llamada corona de Adviento, con cuatro velas, una por cada domingo de Adviento. Existe una pequeña tradición de Adviento: a cada una de esas cuatro velas se le asigna una virtud que debe mejorarse durante esa semana, por ejemplo: la primera, el amor; la segunda, la paz; la tercera, la tolerancia, y la cuarta, la fe. Las cuatro velas simbolizan los cuatro domingos del Adviento. El color morado de tres de las velas significa que es un tiempo de penitencia. Una vela, sin embargo, es de un color atenuado, el rosado: representa el tercer domingo de Adviento, llamado Domingo de Gaudete o Domingo de la Alegría. Aunque se produce durante la época de advenimiento normalmente penitencial, el Domingo de Gaudete sirve como descanso de las prácticas austeras para alegrarse con la cercanía del regreso de Jesús.

La corona de Adviento tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en encender velas en invierno con el fuego del dios Sol, para que volviese con su luz y su calor durante el invierno. Los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas. Partieron de sus costumbres para enseñarles la fe católica.

Es una costumbre popularizada en Alemania tras la Primera Guerra Mundial, la cual se ha extendido posteriormente a algunos países de Europa occidental. Los domingos de Adviento la familia o la comunidad se reúne en torno a la corona de Adviento. Luego se lee la Biblia y alguna oración. La corona puede llevarse al templo para que la bendiga el sacerdote.

La corona está formada por una gran variedad de símbolos:

  • La forma circular: el círculo no tiene ni principio ni final. Es la señal de amor de Dios, que es eterno, sin principio ni final, y también del amor a Dios y al prójimo, para que no se acabe nunca.
  • Las ramas verdes: el verde es el color de la esperanza y de la vida. Dios quiere que se espere su beneficio, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de la vida. El anhelo más importante de la vida de las personas creyentes debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios.
  • Las cuatro velas: son cuatro velas que se ponen en la corona y que se encienden de una en una, durante los cuatro domingos de Adviento, al hacer la oración en familia. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que se enciende, los siglos se van iluminando con la llegada de Cristo al mundo, cada vez más próxima.
  • Las manzanas rojas: son manzanas de color rojo que adornan la corona y representan los frutos del jardín del Edén, con Adán y Eva, que llevaron el pecado al mundo, pero recibieron también la promesa del Salvador universal. Nos hacen pensar en la oscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Tras la primera caída del hombre, Dios fue dando, poco a poco, una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las velas, la corona.
  • El listón rojo: representa el amor a Dios y el amor de Dios que envuelve a los creyentes.

EL CALENDARIO DE ADVIENTO

Los orígenes del calendario de Adviento se remontan al siglo XIX, alrededor de 1851, en la Alemania protestante. Adviento significa “llegada”, es decir, el tiempo en que los cristianos esperan la venida de Cristo al mundo, y, según cuenta la tradición, muchas familias protestantes alemanas pintaban en la pared o en la puerta de casa 24 rayas con yeso y cada día las niñas y niños podían borrar una para descontar los días que quedaban para las fiestas, o bien se hacían 24 muescas en una vela y dejaban que la vela consumiera una muesca por día. Pero es un hombre llamado Georg Lang, hijo de un pastor protestante, a quien muchos atribuyen la autoría del primer calendario de cartón en 1908, el Adventskalender. La leyenda popular cuenta que cuando era pequeño su madre tuvo la ingeniosa idea de sujetar a un cartón rígido 24 galletas en forma de cacahuete, llamadas Wibele, que se disfrutaban día a día durante el Adviento, hasta la llegada de la Navidad. Ya de adulto, su hijo, inspirado por esta costumbre, recreó la idea en una imprenta que dirigía en Múnich, usando dos láminas de cartón rígidas. Una constaba de 24 ventanas y la otra de 24 imágenes que se correspondían con esas pequeñas ventanas.

Así nació el calendario de Adviento moderno, que a principios del siglo XX comenzó a extenderse poco a poco por toda Alemania y luego por Europa. Tras perderse la tradición durante la Segunda Guerra Mundial –al parecer, durante la Alemania nazi estos calendarios fueron prohibidos y sustituidos por imágenes del régimen– y terminado el conflicto, Richard Sellmer la recuperó con carácter comercial, siendo uno de los principales responsables de que llegara a tener la actual popularidad.