Aprendizaje del amor

¿Cómo aprenden los hombres el amor?

Desde chicos, los hombres reciben mensajes constantes sobre cómo tienen que ser, cómo tienen que comportarse y qué se espera de ellos. Més Si pensamos en los príncipes de los cuentos tradicionales, en los “malos” de las series de televisión, pasando también por las características de los protagonistas masculinos de muchas películas o los mensajes que transmiten los anuncios (como por ejemplo los de desodorantes), encontraremos una lista de estereotipos y expectativas que pretenden definir cómo los hombres deben relacionarse y vivir algo tan importante como el amor y las relaciones afectivas.

No expresar emociones, aparentar seguridad constantemente, llevar siempre la iniciativa, ser 100% heterosexuales o cosificar el cuerpo de las mujeres son algunas de las ideas que definen los comportamientos esperados de chicos y hombres en las relaciones afectivas y/o sexuales.

Persona observant una ciutat

 

  • ¿Dónde he aprendido las ideas que tengo del amor?
  • ¿Identifico los estereotipos que circulan sobre el amor romántico y cómo me afectan?
  • ¿Estas ideas me permiten vivir, a mí y a los demás, las relaciones afectivas y/o sexuales con libertad o me limitan y hacen daño a las personas con quien me relaciono?
  • ¿Soy capaz de construir relaciones basadas en ideas como la confianza, el respeto, la autonomía y la libertad?

Pero cada vez encontramos más hombres que no se sienten cómodos dentro de estas etiquetas y que quieren vivir sus relaciones de formas diferentes. Hombres que expresan dudas y emociones, hombres que no se sienten cómodos llevando la iniciativa para ligar, que no se identifican con el patrón de masculinidad heterosexual tradicional, u hombres heterosexuales que no buscan una princesa de cuento.

Por otro lado, vivimos en una sociedad donde la concepción del amor justifica muchas actitudes que limitan la libertad de la otra persona. Los mensajes que recibimos sobre el amor, basados en una serie de mitos o falsas creencias del amor romántico, Més fomentan la inseguridad y la posesión y legitiman las relaciones de poder y dominación de los hombres hacia las mujeres. Pensar que la celosía es una muestra de amor, por ejemplo, nos puede llevar a justificar el control sobre la persona con quien estamos o a ver con malos ojos que la otra persona tenga un proyecto propio que le haga feliz más allá de la relación. Si además añadimos el mito que asocia el amor con el sufrimiento, todo ello nos lleva a la conclusión que hacer sufrir a la persona con quien mantenemos una relación y no cuidarla puede ser una muestra de amor, “cuanto menos caso le haga o peor la trate, más le gustaré”.

Si los hombres se creen estas falsas creencias o se basan en los mitos que los medios de comunicación transmiten a la hora de vivir el amor y las relaciones, les conducirá a mantener relaciones desiguales y generar sufrimiento en las personas con quien establezcan relaciones. Pero no sólo eso, vivir el amor como en las películas y querer ser como los chicos duros de las series es dañino también para los propios hombres, ya que verán limitada una experiencia que puede ser muy intensa y bonita si las dos personas la construyen a partir de un imaginario diferente.

Es fundamental entender en este punto que los mitos a partir de los que aprendemos el amor romántico y a relacionarnos, favorecen y legitiman relaciones afectivas y/o sexuales basadas en la desigualdad y la violencia dentro de la pareja. Este aprendizaje genera en los hombres la creación de falsas expectativas, contradicciones entre la experiencia vivida y el mito y, en general, mucha frustración y fracaso afectivo. Nos encontramos, por lo tanto, ante el caldo de cultivo de la violencia machista dentro de la pareja.

parella amb les mans agafades

Aprender otras maneras de vivir el amor es una forma de luchar contra la violencia.