El 8 de junio, la alcaldesa Ada Colau ofreció la conferencia online «La respuesta de las grandes ciudades a los retos del siglo XXI». El acto fue organizado por la London School of Economics en el marco de su iniciativa «Shaping the Post-Covid World», una serie de debates sobre la dirección que el mundo podría y debería tomar después de la crisis, y fue conducido por Ricky Burdett, profesor de Estudios Urbanos y director de LSE Cities y de Urban Age en la LSE.

Ada Colau remarcó la importancia de la creatividad y de la cooperación entre ciudades como formas de hacer frente a la falta de recursos de los gobiernos locales, a pesar de ser las administraciones más cercanas a la ciudadanía y por tanto las que tienen que resolver directamente las necesidades y urgencias derivadas de la actual crisis. En este sentido, destacó el trabajo de Barcelona en el seno de grandes redes de ciudades como Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU) -de la que es enviada especial ante las Naciones Unidas-, Metropolis o C40. También recordó que Barcelona colabora de forma estrecha con varias ciudades del mundo como Londres, París o Amsterdam, con las que trabaja conjuntamente e intercambia soluciones y experiencias en temas como la movilidad o la vivienda.

Por otra parte, la alcaldesa de Barcelona subrayó la necesidad de construir ciudades de proporciones humanas y que esto significa que la medida de referencia de la ciudad deben ser sus miembros más vulnerables: los niños, los ancianos, las mujeres y las personas con diversidad funcional. Puntualizó que, como madre y como alcaldesa, cree que un buen indicador de la calidad de la ciudad es la presencia y el protagonismo de los niños y niñas en el espacio urbano, invitando al público del acto a mirar la ciudad con los ojos de un niño o una niña: una ciudad donde jugar, una ciudad donde crecer y una ciudad en la que soñar.

Una ciudad donde jugar es una ciudad pacificada y segura, y para ello hay que recuperar el espacio público para la gente a través de iniciativas como las supermanzanas o el programa «Protejamos escuelas» de pacificación de entornos escolares. Se trata de una ciudad donde la gente no tiene prisa, y de esta manera se fomenta el comercio local así como las relaciones sociales, que a la vez hace barrios también más seguros.

Una ciudad donde crecer y desarrollarse plenamente: para esto hay que tener futuro, por lo que es imprescindible apostar por la economía verde, la movilidad sostenible, acceder al conocimiento y la cultura y crear. Por ejemplo, cuando se reimpulsa el distrito 22@ se está recuperando la tradición innovadora, emprendedora, productiva y de diseño de Barcelona; pero también hay que combinar trabajo y bienestar: empresas tecnológicas y vivienda, espacio verde y servicios públicos, para que siempre haya comunidad haciendo ciudad.

Una ciudad donde soñar: que los sueños no dependan de la riqueza, del color de la piel, del origen, del género… en definitiva, una ciudad de igualdad, inclusión y de justicia social: garantizar el derecho a la vivienda, construyendo vivienda pública; proteger a los ciudadanos de la especulación; democratizar el acceso a los bienes comunes, por ejemplo con la eléctrica municipal, un operador público de energía renovable.