Ada Colau y Sadiq Khan presiden un encuentro de la red C40 donde se presenta un plan para combatir la pobreza energética

21/04/2022 - 09:34 h

Jorge Luis Fuentealba Diez

Los alcaldes y alcaldesas de C40 presentaron un plan de acción de emergencia de 10 puntos para evitar que nadie caiga en la pobreza energética.

El 20 de abril se celebró un encuentro virtual entre varios alcaldes y alcaldesas de la red de ciudades contra el cambio climático C40, la Agencia Internacional de la Energía (IAE) y líderes sindicales europeos con el objetivo de abordar el crecimiento de los precios de los combustibles fósiles y el impacto de la invasión en Ucrania. El encuentro fue presidido por la alcaldesa de Barcelona y vicepresidenta de C40, Ada Colau, y por el alcalde de Londres y presidente de C40, Sadiq Khan, y contó con la participación de Fatih Birol, director ejecutivo de la IAE; Sharon Burrow, secretaria general de International Trade Union Confederation (ITUC); Giuseppe Sala, alcalde de Milán; Rafal Trzaskowski, alcalde de Varsovia; Eckart Würzner, alcalde de Heidelberg; Susan Aitken, Lord Mayor de Glasgow, y secretarios generales de sindicatos representativos.

En noviembre de 2021, las ciudades de C40 dieron la voz de alarma sobre la pobreza energética y emitieron una declaración conjunta sobre transición justa y pobreza energética en la COP26 en Glasgow. Con una Europa que se enfrenta a una enorme crisis energética, durante el encuentro del día 20 los alcaldes y alcaldesas presentaron un plan de acción de emergencia de diez puntos para evitar que nadie caiga en la pobreza energética, haciendo evidente la necesidad de reducir drásticamente la dependencia del gas potenciando las energías renovables, que podrán generar puestos de trabajo de calidad.

Los enunciados de los diez puntos del plan de acción

  1. Tomar todas las medidas necesarias para sacar a todos los residentes de la pobreza energética.
  2. Acelerar las inversiones para que todos los edificios municipales y viviendas sociales estén debidamente aisladas y funcionen con energías renovables.
  3. Asegararse de que todos los residentes puedan acceder a un asesoramiento energético de confianza mediante servicios que fortalezcan la resiliencia de la comunidad.
  4. Eliminar el desperdicio de energía mediante la estimulación del cambio de comportamiento.
  5. Aumentar de forma masiva las tasas de adaptación energética, priorizando todos los edificios con peor rendimiento.
  6. Revertir la creciente dependencia urbana del gas mediante el despliegue acelerado de sistemas de calefacción y refrigeración limpios y asequibles y eliminar paulatinamente el uso directo de combustibles fósiles.
  7. Liberar el potencial sin aprovechar los sistemas eléctricos descentralizados y la flexibilidad de la demanda de nuestros sistemas eléctricos.
  8. Reducir la demanda de petróleo mediante opciones de movilidad urbana asequibles y sostenibles.
  9. Asegurar el diálogo social con los sindicatos y asegurar y defender buenos puestos verdes.
  10. Actuar con voz colectiva y poner en común recursos para hacer frente a la emergencia.

Ada Colau destacó la necesidad de poner a las personas en el centro de las políticas climáticas y energéticas, y desgranó algunas de las acciones que realiza la ciudad para luchar contra la pobreza energética, como son la creación de los Puntos de Asesoramiento Energético, creación de Barcelona Energía, o el impulso de los refugios climáticos. Para la alcaldesa, “es vital que las ciudades trabajen juntas y colaboren para ofrecer servicios de emergencia y aprender recíprocamente. Los alcaldes y alcaldesas han escuchado al vecindario, han reconocido las soluciones propuestas por la Agencia Internacional de la Energía, y queremos trabajar conjuntamente para conseguirlas. Pero las ciudades no podrán con todo, necesitaremos el apoyo de los Estados y que actúen con contundencia y decisión.”

Colau también pidió que los fondos Next Generation sean destinados a rehabilitación energética para los barrios con mayor índice de vulnerabilidad y que puedan ser gestionados por las ciudades. Y remarcó que «muchas familias tienen que elegir entre comer o pagar facturas debido a la falta de viviendas energéticamente eficientes, a lo que se suma el aumento de los precios de la vivienda y la energía. La invasión de Ucrania y el vertiginoso aumento de los precios energéticos están empeorando la crisis social provocada por la COVID-19 y empujando a los hogares europeos vulnerables a más pobreza».

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