La Coalición de las Ciudades por los Derechos Digitales publicó el 14 de mayo el documento «Proteger los derechos digitales en aplicaciones tecnológicas relacionadas con la Covid-19», una guía de diez principios para el uso de las tecnologías digitales para hacer frente a la crisis provocada por la Covid-19. El Ayuntamiento de Barcelona, co-creador de la coalición junto con las ciudades de Nueva York y Amsterdam, ha impulsado este documento donde se han recogido aportaciones y reflexiones de las ciudades de Amsterdam, Burdeos, Chicago, Helsinki, Milán, Nueva York, Portland, Porto, San Antonio y Toronto.
La apuesta de Barcelona por el humanismo tecnológico es firme y aún más en la situación de crisis actual. La teniente de alcalde de Agenda 2030, Transición Digital, Deportes y Coordinación Territorial y Metropolitana del Ayuntamiento de Barcelona, Laia Bonet, ha remarcado que la tecnología digital debe ir de la mano de la sanidad pública y los derechos humanos, que las apps están en el centro del debate sobre el control de la pandemia y que la crisis acelera la digitalización. «Lo que hacemos contra la Covid-19 marcará los estándares de derechos digitales del futuro. Es más importante que nunca: (a) privacidad de datos, (b) implicación de sociedad civil en la gobernanza tecnológica y (c) evitar desigualdades sociales en soluciones digitales».
Durante el transcurso de la pandemia, diferentes ciudades y países han puesto en marcha aplicaciones destinadas a la ayuda de los servicios sanitarios y epidemiológicos para hacer frente a la Covid-19. Básicamente se han desarrollado dos grupos de servicios; el primero se refiere a las aplicaciones que ofrecen a la ciudadanía información sobre el virus, nuevas pautas sociales y de higiene personal y pautas para la autodiagnosis. Su función es ayudar a gestionar los servicios sanitarios, aligerar la carga de los servicios asistenciales y facilitar el estudio epidemiológico. El segundo grupo recoge las aplicaciones llamadas «contact tracing app» o de trazado de contactos, que registran los contactos que una persona tiene a lo largo del día para facilitar la identificación de las fuentes de contagio y ayudar a contener su propagación.
Los diez principios
El documento presenta diez principios compartidos que se deberían seguir en la aplicación de las tecnologías digitales que tengan por objetivo hacer frente a la crisis de la Covid-19:
1. Principio de nexo y proporcionalidad: ni las tecnologías ni los datos recopilados se pueden utilizar con otros fines distintos de los estrictamente necesarios para contribuir a dar respuesta a la situación de crisis actual.
2. Principio de impermanencia: el uso de estas tecnologías y datos debe ser limitado en el tiempo. Una vez disminuido el riesgo de pandemia ya no se utilizarán, y el usuario debe ser capaz de desinstalar la aplicación del dispositivo y borrar sus datos.
3. Principio de consentimiento y confianza: el uso de las aplicaciones debe ser estrictamente voluntario y respetar las notificaciones y el consentimiento. No se puede imponer bajo ningún tipo de sistema de coacción ni recompensa; solo de esta manera se puede ganar la confianza mutua.
4. Principio de privacidad: se debe respetar la privacidad de los usuarios y sus contactos. La privacidad debería ser evaluada en el contexto de riesgos reales de reidentificación u otras pérdidas de privacidad, especialmente cuando se utiliza información altamente sensible como datos sanitarios.
5. Principio de control: los ciudadanos deben ser considerados los propietarios principales de los datos que generan mediante el uso de las aplicaciones y servicios tecnológicos.
6. Principio de apertura y transparencia: las aplicaciones se desarrollarán en formato de código abierto que se pueda verificar y auditar para que otras ciudades y organizaciones puedan adoptar, siempre favoreciendo la transparencia.
7. Principio de respuesta: las aplicaciones deben funcionar como herramientas adicionales y complementarias a las medidas establecidas por las autoridades sanitarias. Deben basarse en la experiencia, las necesidades y los requisitos marcados por las autoridades pertinentes y en la cultura y el comportamiento de la sociedad donde se aplicarán.
8. Principio de participación: el desarrollo de este tipo de tecnología debe tener en cuenta las necesidades de toda la sociedad y requiere la creación de circuitos de retroalimentación entre los responsables políticos y la ciudadanía. Se deben tener en consideración los Derechos Humanos en la selección de proveedores y en el proceso de desarrollo técnico.
9. Principio de innovación social: el uso exitoso de estas aplicaciones en la vida cotidiana requiere un enfoque más centrado en la innovación social que en la tecnológica, donde la inteligencia social, el comportamiento y la cohesión social son igualmente importantes.
10. Principio de equidad e inclusión: el objetivo principal debe ser apoyar y servir a las comunidades, garantizando la igualdad de accesibilidad y el mismo trato entre las colectividades. Deben facilitar la comunicación y utilizarlas para eliminar las desigualdades sociales.
Coalición de las Ciudades por los Derechos Digitales
En 2018 Barcelona creó, junto con Nueva York y Amsterdam, la Coalición de las Ciudades por los Derechos Digitales, una alianza para la protección de los derechos digitales de las personas a escala global. Con el apoyo de UN-Habitat, Eurocities, CGLU y otras ciudades participantes, nace con la intención de proponer leyes, herramientas y recursos para proteger promover y supervisar los derechos digitales tanto de las personas residentes como las visitantes.
Cada ciudad implicada en la coalición ha puesto en marcha acciones para defender y proteger los derechos digitales de su ciudadanía y visitantes. En este sentido, Barcelona ha puesto en marcha la plataforma de democracia participativa Decidim Barcelona, ha mejorado el Portal de Datos Abiertos, participó en el proyecto europeo DECODE para explorar herramientas para que ciudadanos controlen los datos personales, está organizando debates de reflexión en torno a la importancia de los derechos digitales e impulsando colaboraciones público-privadas para combatir la brecha digital.
Más información en nota del Servicio de Prensa del Ayuntamiento de Barcelona y nota de Cities for Digital Rights