Las ITS se manifiestan con síntomas muy variados. En algunos casos pueden no presentar síntomas o ser muy leves o inespecíficos, de manera que pueden pasar desapercibidos. Desde que el microorganismo entra en el cuerpo hasta que aparece alguna manifestación puede pasar un cierto tiempo (período de incubación) durante el cual la infección se puede transmitir a otras personas con las que se tengan relaciones sexuales.
Algunas ITS pueden presentar un período de latencia durante el cual no aparece sintomatología.
Es importante tener presentes algunos síntomas sospechosos de ITS que nos pueden alertar:
Es importante tener en cuenta que si una persona ha sido infectada, aunque no aparezcan síntomas, la infección puede transmitirse a otra persona con la que mantenga relaciones sexuales. Una persona tratada y curada de una ITS puede reinfectarse en otro momento si vuelve a exponerse.
Una vez hecho el diagnóstico de una ITS, es importante que esta persona informe a su pareja o parejas sexuales para que acudan al médico o médica para ser evaluadas.
Para evitar infectarse o actuar con rapidez en caso de exposición, es importante conocer las ITS. En el siguiente listado podéis consultar las principales, así como su sintomatología, las vías de transmisión, el diagnóstico y su tratamiento.Se pueden clasificar en infecciones bacterianas, cuyo tratamiento será con antibióticos, e infecciones virales, algunas de las cuales tienen tratamientos específicos y otras solo disponen de tratamiento para la sintomatología. En el caso de las virales, algunas de ellas cuentan con vacuna gratuita.La Hepatitis A, la Hepatitis B, la Hepatitis C, la sarna, las ladillas y la mpox (viruela del mono), aunque no sean técnicamente ITS, también pueden transmitirse durante las relaciones sexuales.
La infección por clamidia está causada por la bacteria Chlamydia trachomatis y afecta tanto a mujeres como a hombres. La infección se localiza en los órganos genitales, el recto y, con menor frecuencia, en la faringe o la conjuntiva ocular.
Vías de transmisión: se transmite por vía sexual (contacto vaginal, oral o anal). No es necesario que haya eyaculación. En caso de que una persona esté embarazada, puede transmitir la infección al bebé durante el parto.
Síntomas: en muchos casos, esta infección no presenta síntomas evidentes y, por tanto, puede pasar desapercibida (sobre todo en vulva y vagina). Cuando hay síntomas, estos pueden ser:
Una infección por clamidia no tratada puede provocar una enfermedad inflamatoria pélvica que puede causar daños permanentes en el sistema reproductor y originar dolor pélvico crónico, infertilidad o embarazo ectópico.
Diagnóstico: las pruebas pueden realizarse a través de una muestra de orina o muestras de la uretra del pene, de los fondos de saco vaginales o del cuello uterino, del recto o de la faringe, según el caso.
Tratamiento: el tratamiento se realiza con antibióticos específicos bajo prescripción médica.
Es una infección provocada por un tipo concreto de la bacteria Chlamydia trachomatis, que se extiende hasta los ganglios y los daña, causando una afectación diferente a la que se observa habitualmente en una infección por clamidia.
Vías de transmisión: El linfogranuloma se transmite durante las relaciones sexuales vaginales o anales, cuando una mucosa infectada entra en contacto con otra, y también por las secreciones de las lesiones abiertas. No suele transmitirse por la boca. Una persona afectada puede igualmente transmitir la infección aunque no presente síntomas.
Síntomas: aunque puede no presentar síntomas, si aparecen, estos varían en función de la evolución:
Diagnóstico: mediante pruebas de laboratorio específicas. Se necesitará una muestra de la zona anal y/o rectal, vaginal, de la úlcera o de los ganglios.
Tratamiento: se realiza con antibióticos bajo prescripción médica.
La gonococia está causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae. Esta crece y se multiplica más fácilmente en las zonas cálidas y húmedas del cuerpo, como el aparato genital de los hombres (uretra) y de las mujeres (cuello uterino), así como en la boca, la faringe y el ano. Mucho menos frecuente es la afectación de la conjuntiva ocular. En caso de que una persona infectada esté embarazada, puede transmitir la infección al bebé durante el parto vaginal.
Vías de transmisión: se transmite por vía sexual (contacto vaginal, oral o anal). No es necesario que haya eyaculación.
Síntomas: no siempre se manifiestan síntomas. La forma asintomática es más frecuente en las mujeres. En los hombres suele ser sintomática, especialmente cuando afecta la uretra.
Diagnóstico: las pruebas pueden realizarse mediante una muestra de orina, o muestras de la uretra del pene en los hombres, y de los fondos de saco vaginales o del cuello uterino en la mujer, del recto o de la faringe, según el caso.
Tratamiento: el tratamiento se realiza con antibióticos bajo prescripción médica.
El VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humana) es un virus que afecta directamente al sistema de defensa del organismo.
Vías de transmisión: relaciones sexuales no protegidas, la exposición a sangre infectada o la transmisión de la persona embarazada al bebé durante el embarazo, el parto o la lactancia.
Los únicos fluidos corporales que pueden transmitir el VIH son: sangre, semen, secreciones anales, secreciones vaginales y la leche materna.
Es importante señalar que una persona con VIH no transmitirá en ningún caso el virus a otra si, gracias a seguir el tratamiento indicado, la infección se mantiene en niveles de carga viral indetectables en la sangre.
Síntomas: los síntomas de la infección por VIH varían según la etapa de la infección. Entre 2 y 4 semanas después de la infección, es habitual presentar síntomas similares a los de una gripe o un resfriado. Posteriormente, la infección permanece latente durante un período muy largo que puede superar los 10 años.
Si la infección por VIH no se trata correctamente, se puede llegar a desarrollar el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), que puede facilitar la aparición de ciertas enfermedades graves.
Diagnóstico: se realiza a través de un análisis de sangre específico. No obstante, también se puede diagnosticar con una prueba rápida mediante un pinchazo en el dedo. Es importante tener en cuenta que para detectar los anticuerpos contra el VIH (que nos indicarán si nos hemos infectado), es necesario esperar tres meses desde el momento de la infección (“período ventana”). De lo contrario, los resultados de la prueba no serán fiables.
Tratamiento: el tratamiento de la infección por VIH consiste en medicamentos antirretrovirales. Este tratamiento impide que el virus se reproduzca, de modo que su cantidad en el cuerpo disminuye. De esta forma, la infección por VIH en la persona se convierte en crónica y no llega a desarrollar el SIDA.
La sífilis es una enfermedad producida por la bacteria Treponema pallidum.
Vías de transmisión: la sífilis se transmite por vía sexual (contacto vaginal, oral o anal). No es necesario que haya eyaculación. También durante el embarazo, una persona gestante puede transmitir la infección al feto.
Síntomas: se trata de una enfermedad que evoluciona por etapas:
Si la sífilis no se trata adecuadamente, puede provocar el desarrollo de trastornos psíquicos, de movilidad, de visión y cardíacos.
Diagnóstico: habitualmente, el diagnóstico se realiza mediante un análisis de sangre. En caso de tener una o varias lesiones, se pueden obtener muestras directamente de ellas.
Tratamiento: el tratamiento es con antibióticos.
El herpes genital está causado por el virus del herpes simple (VHS1 y VHS2).
Vías de transmisión: por contacto directo con las lesiones, con la saliva o la piel de la zona bucal (infección por VHS1) o con secreciones genitales o la piel de la zona genital (infecciones por VHS2). También puede transmitirse durante el embarazo o el parto en caso de que la persona tenga lesiones activas.
Síntomas: en la mayoría de los casos no hay ninguna manifestación clínica o esta es muy leve. Si aparecen síntomas, los más frecuentes son la aparición de pequeñas vesículas o úlceras dolorosas en los órganos genitales (o en los labios y la boca si es herpes oral). Mientras haya lesiones, el riesgo de contagiar la enfermedad es muy alto. Aunque las lesiones desaparezcan, el virus queda latente en las células nerviosas, por lo que los síntomas pueden reaparecer en situaciones de estrés, enfermedades, etc.
En las personas embarazadas que sufren un primer episodio de herpes genital, si no reciben tratamiento existe el riesgo de contagiar al bebé durante la gestación o el parto. Esto puede provocar un parto prematuro o que el bebé presente alteraciones neurológicas que pueden llegar a ser muy graves.
Diagnóstico: el diagnóstico se realiza mediante una exploración clínica y la recogida de muestras de las lesiones. Con un análisis de sangre se pueden detectar anticuerpos contra el virus del herpes, pero un resultado positivo no siempre implica una infección activa.
Tratamiento: actualmente no existe un tratamiento curativo para la infección por el virus del herpes simple, pero permanece latente la mayor parte del tiempo. No obstante, existen fármacos antiherpéticos que permiten disminuir las reactivaciones y mejorar los síntomas.
El virus del papiloma humano (VPH) es uno de los virus más frecuentes entre la población. Existen diferentes tipos de VPH que causan sintomatología muy diversa. Así, los virus que causan las verrugas son distintos de los que pueden provocar lesiones más graves.
Vías de transmisión: por contacto directo con la piel durante las relaciones sexuales, con o sin penetración. En raras ocasiones una persona embarazada puede transmitir el virus a su hijo/a.
Síntomas: generalmente, el propio cuerpo elimina la infección sin causar ningún síntoma, pero en algunos casos el virus infecta las células de la piel o las mucosas de los órganos genitales provocando las siguientes lesiones:
Una infección prolongada en el tiempo por determinados tipos de VPH puede provocar cambios en las células del cuello del útero que, con el tiempo, pueden convertirse en un cáncer. Esta misma situación puede producirse en otras localizaciones como la vagina, la vulva, la orofaringe o el ano.
Diagnóstico: el diagnóstico se realiza mediante el examen visual y manual de las lesiones. En las revisiones ginecológicas se puede hacer un examen vaginal y del cuello del útero para detectar la presencia del VPH.
Tratamiento: el tratamiento adecuado para el VPH consiste en tratar las lesiones localizadas, aunque esto no elimina el virus y pueden volver a aparecer más adelante.
Es una infección del hígado causada por el virus de la hepatitis A (VHA).
Vías de transmisión: una de las vías de contagio es a través del contacto oroanal, ya que el virus está presente en las heces.
Síntomas: cansancio extremo, fiebre, náuseas, dolor abdominal o falta de apetito, oscurecimiento de la orina, heces de color claro o terroso, o coloración amarilla de la piel o los ojos (ictericia).
Los síntomas de la hepatitis A aparecen entre 2 y 7 semanas después de contraer el virus. No obstante, algunos adultos pueden no presentar síntomas.
Diagnóstico: el diagnóstico se realiza mediante un análisis de sangre.
Tratamiento: no existe un tratamiento específico para la hepatitis A. Se recomienda reposo, una buena alimentación, una adecuada hidratación y evitar el alcohol. Una vez pasada la infección, se desarrolla inmunidad y no se puede volver a sufrir una nueva infección por el VHA. Por otra parte, la vacuna contra la hepatitis A está incluida en el calendario vacunal y la administran en los servicios de salud.
Es una enfermedad causada por el virus de la hepatitis B (VHB) que afecta exclusivamente al hígado.
Vías de transmisión: la hepatitis B se transmite a través de la sangre y fluidos corporales (semen, flujo vaginal o menstrual, saliva). También existe riesgo de contagio de una persona embarazada a su bebé durante el parto.
Síntomas: en la mayoría de los casos, esta enfermedad no presenta síntomas evidentes y, por tanto, pasa desapercibida. Sin embargo, si aparecen, pueden ser: coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia), orina oscura, heces de color claro, cansancio extremo, náuseas, vómitos y dolor abdominal.
En algunos casos, la infección por hepatitis B persiste y se vuelve crónica.
Diagnóstico: la hepatitis B se diagnostica a través de un análisis de sangre.
Tratamiento: la hepatitis B no requiere tratamiento, ya que en la mayoría de los casos la infección se cura espontáneamente. Se recomienda reposo, una buena alimentación, buena hidratación y evitar el alcohol. Se puede desarrollar inmunidad respecto a una nueva infección por VHB. En los casos en que la enfermedad se cronifique, se usan tratamientos farmacológicos que pueden ayudar a que el virus no se multiplique. Por otra parte, la vacuna contra la hepatitis B está incluida en el calendario vacunal y la administran en los servicios de salud.
És una malaltia causada pel virus de l’hepatitis C (VHC) que afecta exclusivament el fetge.
Vies de transmissió: l'hepatitis C es transmet principalment a través de la sang, quan la sang d’una persona infectada entra en contacte amb la d’una persona que no ho està, ja sigui a través d’una ferida que aquesta té a la pell o a través d’una punxada. Així, la majoria dels contagis es produeixen per l'ús de material contaminat (de consum de drogues o d’higiene personal). Tanmateix, , de forma molt excepcional, el virus es pot transmetre a través d’altres fluids corporals, com el semen, en relacions sexuals no protegides. També hi ha un risc de contagi, tot i que molt menor, d’una persona embarassada a la seva criatura.
Símptomes: en la majoria de casos, aquesta malaltia no presenta símptomes evidents i passa desapercebuda. Però si n'apareixen, aquests poden ser: febre, cansament, inapetència, nàusees, vòmits, dolor abdominal, orina fosca, femtes de color clar, dolor articular i coloració groguenca de la pell i els ulls (icterícia).
Si no es tracten, la majoria de casos d’hepatitis C evolucionen cap a la cronicitat i poden contribuir a desenvolupar cirrosi o càncer de fetge.
Diagnòstic: el diagnòstic d'hepatitis C es fa a través d'una analítica de sang o de proves de detecció ràpida.
Tractament: Hi ha tractament farmacològic per a l'hepatitis C.
La tricomoniasis es una infección producida por el parásito Trichomonas vaginalis.
Vías de transmisión: se transmite por contacto sexual, especialmente en las relaciones vaginales.
Síntomas: a menudo no provoca síntomas, pero si aparecen, se presentan mayoritariamente en las mujeres (en la vulva, la vagina y la uretra) y, con menos frecuencia, en los hombres (en la uretra).
La tricomoniasis vaginal aumenta la susceptibilidad a contraer la infección por VIH. En caso de embarazo, puede provocar parto prematuro y bajo peso en el bebé.
Diagnóstico: se diagnostica a través de una muestra de las secreciones vaginales (en mujeres) y uretrales (en hombres).
Tratamiento: el tratamiento se realiza con antibióticos.
La sarna es una infección por parásitos producida por el ácaro Sarcoptes scabiei hominis.
Vías de transmisión: la transmisión se da por contacto estrecho de piel con piel de persona a persona, incluida la vía sexual.
Síntomas: los más frecuentes son ampollas y pústulas (con pus) localizadas en el dorso de las manos, entre los dedos, en las muñecas, codos, axilas, zonas alrededor del pecho, ingles, genitales y glúteos. También pueden aparecer lesiones por el recorrido del parásito bajo la piel. Esta erupción cutánea va acompañada de un intenso picor, sobre todo por la noche o después de un baño caliente.
Diagnóstico: el diagnóstico se puede hacer mediante la identificación del parásito, sus huevos o sus residuos, o mediante la observación microscópica de una muestra de piel.
Tratamiento: el tratamiento habitual es una crema o loción tópica, que también deben usar las personas que viven en la misma casa y las parejas sexuales. Es importante también lavar la ropa de forma cuidadosa.
Los piojos del pubis (ladillas) son una infección por parásitos producida por el piojo Phthirus pubis, que puede adherirse a la raíz del vello del pubis, las axilas, las cejas o la barba.
Vías de transmisión: la vía más importante es el contacto sexual. Sin embargo, si la ropa ha estado en contacto con el parásito, también puede ser una fuente de infección.
Síntomas: el síntoma principal es el picor intenso en el lugar donde estén localizados.
Diagnóstico: el diagnóstico se realiza mediante la identificación del parásito o de sus huevos.
Tratamiento: el tratamiento habitual es una crema, loción o champú específicos. Se recomienda que también sigan el tratamiento las parejas sexuales. Es importante, además, lavar la ropa de forma cuidadosa.
El Mpox es una enfermedad causada por un virus que se transmite de persona a persona a través de contacto físico estrecho.
Vías de transmisión: el Mpox se contagia entre personas a través de:
Síntomas: la sintomatología del mpox varía en función de la fase de la enfermedad. En la primera fase, los síntomas pueden ser: fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular, escalofríos, cansancio e inflamación de los ganglios linfáticos. En una segunda fase, los síntomas son: erupciones en la cara y en el resto del cuerpo.
Diagnóstico: la enfermedad se diagnostica a través de una muestra procedente de las lesiones en la piel.
Tratamiento: actualmente, el tratamiento indicado para el mpox es sintomático, acompañado de medidas higiénicas y de limitación del contacto de las personas infectadas. Existe una vacuna que permite reducir la gravedad de los síntomas y la transmisibilidad del virus.








