A menudo, cuando se piensa en las ITS se piensa desde el estigma y el desconocimiento. En muchos casos, este desconocimiento nos hace creer en ideas que damos por válidas, pero que no sabemos si son verdad. ¿Tiene sentido que nos dejemos llevar por falsas creencias que nos pueden perjudicar a la hora de disfrutar de relaciones sexuales libres y seguras?
A continuación os presentamos algunas de las leyendas más extendidas:
FAKE: Por una vez, no pasa nada.
Realidad: Las ITS no discriminan. Si tienes contacto directo con una persona que sufre una ITS y no tomas las precauciones correspondientes, puedes infectarte igualmente aunque se trate de un contacto esporádico.
FAKE: Puedo prevenir una ITS teniendo sexo oral o anal.
Realidad: Las ITS se pueden transmitir de varias maneras, también teniendo sexo oral o anal.
FAKE: Si tengo una ITS, lo notaré.
Realidad: Hay ITS que presentan síntomas y otras que son indetectables porque son asintomáticas.
FAKE: No me puedo infectar más de una vez de la misma ITS.
Realidad: En la mayoría de las ITS te puedes reinfectar si te vuelves a exponer, aunque hayas realizado el tratamiento de manera adecuada.
FAKE: Es mejor evitar el contacto con una persona con VIH para que no me pueda infectar.
Realidad: Una persona infectada no transmitirá en ningún caso el VIH a otra si, gracias a seguir el tratamiento, la infección se mantiene en niveles de carga viral indetectables en la sangre.