El Patronato de la Habitación de Barcelona, a través del Fomento de la Vivienda Popular, compró a la marquesa de Castellvell, en 1928, 52.218,52 metros cuadrados de la orilla del río Besòs que fueron edificados en 1929, y les dio el nombre de Baró de Viver.

En 1932 se declaró la suspensión de pagos, y a partir de aquel momento el patronato se vio falto de toda fuente de ingresos.

Cuando el Ayuntamiento y la Generalitat iban a intervenir para resolver la catastrófica situación económica del patronato con una subvención, la guerra civil española dejó la cuestión en punto muerto.

En 1941 el Ayuntamiento disolvió el Patronato de la Habitación y se quedó su patrimonio. En diciembre de 1945 se constituyó el Instituto Municipal de la Vivienda, que se hizo cargo de este en 1956. El instituto cambió su nombre por el de Patronato Municipal de la Vivienda.

Baró de Viver era el alcalde de Barcelona durante la dictadura de Primo de Rivera. Con la República, se cambió dicho nombre por el de Pi i Margall, pero el régimen del general Franco restituyó el antiguo.

Estas 344 viviendas unifamiliares quedaron aisladas entre el río Besòs, los talleres de Renfe y el polígono industrial del Besòs. Este era el grupo de casas más envejecido, ya que, al margen de unas cuantas viviendas que se reocuparon acabada la guerra, otras permanecieron vacías hasta 1944. Una última llegada de población de emigrantes se produjo en los años 1958-1959, al construirse los nuevos bloques. En 1985 se llevó a cabo una reforma a raíz de la aprobación del PERI (Plan especial de reforma interior).

En 1989 el Patronato Municipal de la Vivienda construyó el grupo de viviendas Gran Salón, obra del arquitecto Emilio Donato. Actualmente se está mejorando la urbanización del barrio.