Deconstruir y repensar los espacios, una prioridad educativa

30/06/2021 - 10:08

Para conseguir una sociedad más inclusiva, igualitaria y justa hay que mirar hacia los niños y hacia los centros educativos, lugares donde se desarrollan, crecen y se transforman en ciudadanos y ciudadanas.

En los últimos años muchas son las iniciativas que se han llevado a cabo en las escuelas y en los institutos para romper con los prejuicios, los estereotipos, los estigmas, poner freno a la proliferación de los roles de género y conseguir relaciones más sanas dentro de la comunidad educativa. La transformación escolar ha llevado, por ejemplo, el trabajo por proyectos, las aulas con niños y niñas de diferentes edades, el aprendizaje en ambientes o la modificación de los patios y las zonas de recreo para hacerlos más inclusivos.

En este contexto, Colectivo Punto 6 y Coeducacció son dos cooperativas que trabajan para la incorporación de una perspectiva de género y feminista a la educación que sitúe la cura y el bienestar de los niños en el centro. No solo trabajan en el ámbito escolar, sino que sus proyectos tienen diferentes ramificaciones. Romper con los paradigmas existentes para poner fin a discriminaciones y jerarquías para un verdadero cambio social es una de sus premisas. Ambas cooperativas trabajan desde una perspectiva de género interseccional a través de la acción comunitaria para promover espacios diversos y para conseguir una ciudad más inclusiva a partir de la transformación feminista de los espacios públicos. El 2018, su proyecto Patios coeducativos recibió el premio Ciudad de Barcelona de Educación.

“Hace desde el 2005 que generamos herramientas y metodologías y construimos experiencias en los cuales ponemos el bienestar de las personas en el centro. Venimos de diferentes experiencias vitales y trabajamos por la mejora de los espacios comunitarios, públicos y domésticos, siempre desde una perspectiva interseccional. Esto qué quiere decir? Que abordamos nuestro trabajo desde una perspectiva de género porque nuestras ciudades sean más equitativas para hombres, mujeres, niños y niñas. Entendemos la diversidad y hablamos de identidades de género y sexo, de edades, de diferencia en los recorridos vitales, etc.”, explica Adriana Ciocoletto de Colectivo Punto 6. A lo largo de sus quince años de vida, esta cooperativa ha incidido a diferente escala en diferentes territorios y en varios ámbitos del urbanismo. Han propiciado más de 120 intervenciones.

Uno de los últimos encargos de Colectivo Punto 6 y Coeducacció ha sido la transformación en clave de género del patio del Barón de Viver, que ahora cuenta con un sorral, una cuerda y maderas para hacer equilibrios, una zona verde de plantas aromáticas, una cúpula de mimbre y un rocódromo. Esta modificación tenía un objetivo claro: cambiar las dinámicas de ocio de los niños en la hora del recreo y hacer desaparecer la segregación de género y edad. “Para nosotros, los patios coeducativos son espacios diseñados físicamente y concebidos colectivamente que promueven las relaciones igualitarias y buscan romper con las jerarquías sociales establecidas. Son un proceso vive y dinámico en constante revisión, un camino para el cambio que implica el dentro y el fuera, y que se convierte en la semilla para transformar las relaciones de género que se perpetúan en nuestra sociedad y que se reflejan desde la infancia”, aseguran desde Coeducacció.

Los cambios en las zonas de recreo permiten generar nuevas dinámicas y diversificar el juego. Niños y niñas se mezclan más y despacio se dejan de banda los roles de género. “Los roles de género en los patios operan en dos direcciones: por un lado, tenemos espacios de patio con la idea que tiene que ser un patio. Esto ya responde a unas normas de género. Normalmente los patios están configurados de forma que se da predominancia a actividades y juegos que están asociados a la masculinidad hegemónica, mientras que otros tipos de actividades, más vinculados a la a feminidad hegemónica, quedan relegados en las periferias y no tienen espacios cuidados o adecuados”, puntualiza el Amanecer González Castellví de Coeducacció. “Por otro lado, durante años, los niños han sido socializados y socializando a partir de estos roles, por lo tanto, cuando salen al patio durante el rato de recreo, tienden a reproducirlos. En el ninguno de los años, estas dinámicas se refuerzan y acaban para consolidarse”.

El cambio de mirada y la participación de toda la comunidad

Adriana insiste en algo importante y sencillo de entender: la transformación de los espacios, sean qué sean, no solo tiene que ser física, “tenemos que cambiar la mirada. Poner el patio más guapo no garantiza que haya la transformación y el cambio que queremos promover”, explica. “Hace falta un cambio radical en la mirada, que tiene que ser transversal, feminista e interdisciplinaria (…) Creemos en la mirada integral del espacio en relación con el uso que en basura las personas. Hay muchos factores que condicionan los usos del espacio, y el género es uno de ellos. Esta mirada, pero, todavía es incipiente y no es transversal cuando hablamos del ámbito político”.

Tanto el Amanecer como Adriana reconocen que todo este proceso no hubiera estado posible sin la colaboración de toda la comunidad educativa: “no podemos olvidar que estas transformaciones suelen venir desde bajo. Las familias y el resto de la comunidad educativa han estado los que han presionado el Ayuntamiento y Enseñanza. Los cambios a menudo no vienen desde las administraciones”, dice el Amanecer. Sin embargo, esta circunstancia funciona como valor añadido. “El proyecto se enmarca dentro de un proceso participativo en el cual todas las personas de la comunidad están implicadas y dan su voz. Este, de hecho, es uno de los elementos clave, ya desde el inicio: la diagnosis. Las respuestas que nosotros damos no vienen de la nada, son propuestas que han dado las personas que han identificado las diferentes problemáticas”.

Tanto Colectivo Punto 6 como Coeducacciótienen proyectos diversos relacionados con la señalización de los caminos escolares, la formación de profesorado o el fomento de la mirada sostenible. Adriana y el Amanecer, desde sus cooperativas, promueven no solo transformaciones físicas de los lugares, sino nuevas maneras de mirar el espacio y el tiempo; nuevas maneras de concebir la manera de estar en el mundo y de relacionarse con nuestro entorno.