El instituto escuela el Til·ler: otra forma de disfrutar de la música

29/06/2021 - 11:09

Del TIl·ler se podrían destacar muchos aspectos, pero si hay algo distintivo de este Instituto Escuela, es su proyecto musical, que empieza a P3 y acaba a 4º de la ESO.

El Til·ler es uno de aquellos institutos-escuela que ha llegado para dejar huella al distrito. Creado apenas hace cuatro años, es un centro de nueva creación con dos líneas a infantil y una línea a primaria y secundaria, que llega hasta 4º de la ESO. Se trata de un aprendizaje de proximidad que se traduce en un seguimiento exhaustivo del alumnado y una relación constante con los y las progenitoras, “semanal”, asegura su directora, la Domi Viñas.

Del Til·ler se podrían destacar muchos aspectos, pero si hay algo distintivo de este Instituto Escuela, es su proyecto musical, que empieza a P3 y acaba a 4º de la ESO. El alumnado tiene la posibilidad de aprender con diferentes instrumentos y trabajar la parte más emocional, expresiva y creativa de la música.

La idea de potenciar el aprendizaje musical nació del Plan de Barrios del Ayuntamiento de Barcelona, cuando se buscaban proyectos que apostaran por la equidad dentro de los barrios. Es este un proyecto nacido del barrio y para el barrio. “Creemos firmemente que para salirlo adelante necesitábamos la colaboración de toda la red del barrio, del distrito y las diferentes agrupaciones que forman parte de la vida de una escuela. Nos preguntamos: qué enseñanza en la zona del Buen Pastor falta para cubrir? Que no tenemos desarrollado? La asociación de vecinos y vecinas tuvo la idea y desde el Plan de Barrios se pensó que era factible y que se podía llevar a cabo. Y es así como le dimos forma”, explica Domi, que está encantada con que ha sucedido estos cuatro años: “poder iniciar un proyecto de nueva creación y poder tener libertad para la creación pedagógica es uno regalo”, asegura a las postrimerías de un curso que no ha estado paso fácil de llevar a causa de la crisis sanitaria ocasionada por la pandemia.

El Til·ler trabaja su proyecto musical con la colaboración de la cooperativa Visual Sonora, que proporciona dos músicos para complementar el claustro de profesores y profesoras.

¿Cómo trabaja el Til·ler?

Formar parte de este Instituto Escuela es un regalo. Es un regalo poder trabajar con pocos niños y niñas y tener la oportunidad de conocerlos a todos y a sus familias. Dicho esto, nuestro proyecto pedagógico se inicia bajo el marco Escuela Nueva 21. Tenemos una visión transformadora de la educación un proyecto pedagógico interesante.

¿Alguna particularidad?

Trabajamos por proyectos y por ambientes, como muchas escuelas de hoy en día. Quizás el más destacado es que trabajamos con equipos docentes, no con especialistas: cada profesor tutoriza un grupo de alumnos. Esta es una de nuestras fortalezas.

¿Mezcláis alumnos de diferentes edades, verdad?

Al Tilo, la estructura pedagógica funciona por comunidades y con internivells. Cómo dices, mezclamos nanos de diferentes edades. Por ejemplo, a infantil están todos juntos y después los mezclamos por ciclos. Primeros con según, terceros y cuartos, etc. Se trata de una apuesta innovadora, potente y transformadora, en la línea de la escuela del siglo XXI. En nuestra escuela en ningún momento se habla de niveles, sino de ambientes. Con esto perseguimos fomentar un aprendizaje cooperativo y trabajar las competencias personales y sociales.

¿Algún caso concreto de éxito rotundo?

A P3 la acogida ha dejado de ser un drama, porque los niños y niñas se sienten acogidos por sus iguales.

Uno de sus proyectos más destacados es el musical, emblema del centro. ¿Cómo se organizan? ¿Los instrumentos son de los alumnos o de la escuela? ¿Dejáis que se los lleven en casa?

En el Instituto Escuela tenemos instrumentos que forman parte del proyecto, pero los pequeños no los utilizan, puesto que cuando en estas edades, la música se trabaja desde el lenguaje corporal. Aprenden canciones y ritmos. Es en la comunidad de medios que introducimos el ukulele. [Al Tilo hay cuatro comunidades diferentes: la comunidad de pequeños (de los 3 a los 6 años), la de medios (de los 6 a los 9 años), la de grandes (de los 9 a los 12) y la de jóvenes (la ESO, de los 12 a los 16)].

¡El ukulele!

Es un instrumento con una medida adecuada y va mucho en la línea de la intervención que tenemos pensada para el proyecto de música. Cuando el alumnado empieza la secundaria, el trabajo singular de música se lleva a cabo a partir de la creación de combos. Allá, los niños y niñas pueden escoger diferentes instrumentos: teclado, bajo, guitarra, batería, etc. Cada alumno hace un bocadito de los instrumentos y finalmente elige el que le gusta más o le parece más cómodo. Está en las clases de combos donde se lleva a cabo el aprendizaje de música. A través de este formato no solo se potencia el aprendizaje del instrumento, sino también el trabajo en equipo y tener una meta común. El objetivo es que todos los alumnos aprendan a tocar o a cantar, a expresarse a través de la música. Y sabes qué?

¡Di!

Hemos visto que muchos alumnos, para Reyes o para su cumpleaños, piden como regalo un instrumento musical. Esto nos alegra profundamente, porque quiere decir que estamos haciendo algo muy hecho. De todos modos, los alumnos se pueden llevar los instrumentos a casa, porque justamente esta es la filosofía del proyecto: queremos que los nanos disfruten de la música y la incorporen a su día a día.

¿Tienen planes de futuro?

Y tanto! Si hace cuatro años me hubieran dicho que nuestros niños y niñas acabarían tocando tan bien, no me lo hubiera creído! Desde la escuela estamos intentando ver en qué actas o actividades a escala de barrio, de distrito o de ciudad pueden actuar nuestros alumnos. Hay una parte del alumnado que está muy interesado a continuar tocando. A estos alumnos con interés y habilidades intentamos dirigirlos a una formación, ya esté en la Escuela Municipal de Música de San Andreu o a otro lugar. Entendemos la música como una herramienta pero también como una oportunidad de futuro para los niños y niñas. Nos gusta que interioricen este lenguaje que, además, facilita mucho el aprendizaje en otros ámbitos curriculares.

Algunos de los profesores del Til·ler saben música.

Nosotros trabajamos con Visual Sonora, una cooperativa que nos envía dos músicos a jornada completa, la Anna Puig y en Pol Caturla. A ellos los paga el Plan de Barrios. Aparte de esto, el Instituto Escuela ha hecho un esfuerzo de generar una plantilla donde encontramos tres especialistas de música. Además, se da la casuística que hay un gran número de profesores y profesoras que, sin ser su especialidad, saben música.

¿Cómo te imaginas el Til·ler en diez años?

El Til·ler va creciente y a infantil ya tenemos dos líneas. A las familias los gusta nuestro modelo educativo y eligen la escuela, y esto nos motiva. Por otro lado, espero poder preservar esta parte más familiar y íntima, porque no me imagino el Tilo de jefa otra manera. En una sociedad en la cual se tiende a la impersonalidad, el acompañamiento personalizado a los niños adquiere más valor y queremos ser capaces de preservarlo. Queremos continuar configurando un espacio donde cada niño encuentre su lugar y su aprendizaje.