Si hay una escuela de jardinería emblema de Barcelona, esta es el Instituto Rubió y Tudurí, un centro educativo que ofrece formación profesional, personal y en valores a personas que quieren desarrollar su trayectoria laboral en el campo de la jardinería y la gestión de recursos naturales y paisajísticos. Su historia se remonta al 1933, cuando el centro, que recibe el nombre del arquitecto y paisajista menorquín Nicolau Maria Rubió y Tudurí, se convirtió en la primera escuela de jardinería de la ciudad, bajo el nombre de Escuela Municipal de Aprendices Jardineros. Su objetivo era formar jóvenes en la profesión de la jardinería que nutrieran el personal técnico del Servicio Municipal de Parques y Jardines de la ciudad.
Hasta el 2019 el centro tuvo su sede en Montjuic, pero la necesidad de encontrar un espacio más moderno y más grande lo llevaron al Buen Pastor, al distrito de San Andreu. Asociado a Parques y Jardines y de titularidad privada desde su nacimiento, el Instituto Rubió y Tudurí pasó, en 1998, a formar parte de la red de enseñanza pública. Desde semillas, ha ido ampliando la oferta formativa hasta convertirse en un referente de la educación especializada en este sector en la ciudad de Barcelona. Actualmente tiene unos 300 alumnos y se ofrecen ciclos formativos de Jardinería y floristería, PFI, Gestión forestal y del medio natural, IFE de Cura de animales y espacios verdes, Paisajismo y medio rural. También se ofrecen cursos de formación continúa del personal trabajador para entes públicos del área metropolitana. Àngels Linde es la directora actual.
¿Cuál es el ciclo que tiene más popularidad?
El de gestión forestal y medio natural, a pesar de que cada año llenamos todas las plazas, tanto la línea de gestión forestal como la de paisajismo. En los últimos años se han multiplicado las escuelas de jardinería en el área metropolitana, por eso hemos equilibrado los ciclos de los diferentes estudios para centrarnos en el área de medio ambiente y sostenibilidad. Sin embargo, estamos muy orgullosos de nuestro pasado y de nuestro presente.
¿Cree que hay un interés creciente en el mundo natural raíz de la presa de conciencia del cambio climático y la aparición de la crisis sanitaria?
Puede ser, pero nosotros siempre hemos tenido un alumnado muy concienciado y maravilloso. Se trata de personas con mucha sensibilidad y respeto por el medio y que viven de acuerdo con esta filosofía. En el centro, por ejemplo, tenemos una comisión ambiental liderada por delegados ambientales. Muchos de nuestros alumnos vienen en bicicleta o patinete y muchos de ellos disfrutan de la natura durante su tiempo libre.
Trabajan mucho en red con otras entidades, tanto del barrio como de la ciudad.
Hace muchos años que colaboramos con diferentes instituciones. Muchos de nuestros alumnos hacen las prácticas en los parques públicos de Barcelona, puesto que hay un convenio de colaboración subscrito por la escuela con el área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Barcelona. Los dos o tres días de prácticas que tienen en la semana, los hacen en espacios públicos de la ciudad, pero también a los jardines de las escuelas e institutos y a los huertos escolares. También colaboramos con instituciones públicas como la red Huerto Antoni, donde se trabaja la horticultura con gente mayor. También tenemos proyectos con la biblioteca pública de Buen Pastor y los Parques Naturales de la Diputación de Barcelona. Nos gusta colaborar con las instituciones públicas, pero en algún caso de especial interés pedagógico también tenemos convenios con entidades privadas. Por ejemplo, participamos en un proyecto de naturalización del espacio de entrada de la Fundación Joan Miró. Se trata de un trabajo en diferentes ámbitos. De hecho, en muchas ocasiones, los proyectos del alumnado de Paisajismo son llevados a la realidad, es decir, implantados por alumnas de Jardinería.
¿Lo coordinan desde dirección?
Al equipo directivo hay un coordinador técnico que se ocupa de toda esta logística y que hace posible que nuestro alumnado trabaje en diferentes zonas de la ciudad, pero también fuera de ella, como es el caso de los alumnos de Gestión forestal. Este coordinador es el encargado de acordar los proyectos con las diferentes entidades.
¿Además de formación, el Rubió y Tudurí ofrece asesoramiento y reconocimiento. Cómo funciona esta rama?
Es un programa de la Generalitat que consiste a mejorar la calificación de los profesionales. Ofrece la oportunidad de convertir la experiencia laboral en una titulación o acreditación homologada. Una persona con experiencia laboral puede venir en el centro, donde se contrasta su currículum con los currículum de los estudios de la familia profesional y se lo orienta para que se le reconozcan módulos del ciclo escogido. Tiene la opción de acabar los estudios; se tienen que tener en cuenta pero, los requisitos de acceso.
Tienen una importante bolsa de trabajo para sus exalumnos.
Sí, es muy potente, puesto que durante todos estos años hemos conseguido dar forma en una buena red de contactos conformada por empresas del sector. Nosotros recibimos las ofertas de trabajo y las rebotamos al alumnado de las últimas promociones que Ss’han titulado. Basura de intermediarios y es un sistema que funciona muy bien y que resulta muy favorable para los alumnos.
Imagino que uno de los motivos del buen funcionamiento es la confianza del sector en la trayectoria del Rubió y Tudurí.
La mayor parte de los empresarios de jardinería de la ciudad han estado alumnas de la escuela, por lo tanto, hay una relación de total confianza con la institución. Por nuestra parte, nosotros tutorizamos con rigor nuestro alumnado; y esto las empresas lo saben y lo valoran.
¿Proyectos de futuro?
Tenemos algunas ideas, pero de momento, no hay nada oficial.