Sant Martí de Provençals
Hasta los años cincuenta del siglo XX, en este territorio había campos de cultivo, unas cuantas masías y la iglesia.
El distrito de Sant Martí incluye, en un mismo territorio, el pasado y el futuro de Barcelona, con diez barrios que comparten un nexo común: todos tienen un largo pasado industrial.
Los Juegos Olímpicos de Barcelona transformaron la ciudad y, en especial, el distrito de Sant Martí, que se abrió definitivamente al mar y cambió las fábricas, los almacenes y las naves industriales por viviendas nuevas, zonas verdes, equipamientos y complejos de empresas vinculadas a la sociedad de la información y la comunicación.
El distrito es hoy una combinación de historia y modernidad, donde se encuentran núcleos históricos con mucha actividad popular, chimeneas centenarias y fábricas reconvertidas en estudios, viviendas o museos —como es el caso de Can Framis, de la Fundación Vila Casas—, donde conviven edificios de oficinas de diseño y construcciones singulares, como la Torre Agbar o el Edificio MediaTIC.
Esta combinación entre pasado y futuro se refleja especialmente en la transformación del antiguo Poblenou industrial en el nuevo distrito tecnológico. Este proyecto supone mezclar la actividad económica (empresas y oficinas) con la formativa (campus universitarios) y la residencial (reurbanización de las calles y construcción de viviendas). Una iniciativa bautizada como ciudad compacta que quiere ser el referente de la Barcelona del futuro. Otros proyectos que están cambiando la fisonomía del distrito son la prolongación de la avenida Diagonal hasta el recinto del Fòrum, la remodelación de la plaza de las Glòries, la semicobertura de la Gran Vía y la urbanización del litoral, de la Vila Olímpica al Besòs.
Todos estos cambios se concretan en diez barrios. Por encima de la Gran Vía está el Camp de l’Arpa del Clot y el Clot, así como la Verneda i la Pau y Sant Martí de Provençals. En el antiguo territorio del Poblenou se reconocen, además del núcleo central, los barrios de Provençals, el Parc i la Llacuna del Poblenou, la Vila Olímpica y Diagonal Mar.
Hasta los años cincuenta del siglo XX, en este territorio había campos de cultivo, unas cuantas masías y la iglesia.
Situado en el extremo de Barcelona más próximo a Sant Adrià de Besòs, el barrio nació en los años sesenta como ciudad dormitorio.
El nombre de la Verneda hace referencia a uno de los árboles que crecen en el margen de los ríos, los verns (alisos). El barrio está muy relacionado con el vecino Sant Martí de Provençals.
La Gran Vía articula Provençals del Poblenou, un barrio de bloques altos de viviendas en pleno proceso de transformación de zona industrial a centro de empresas tecnológicas.
Diagonal Mar i el Front Marítim es el barrio más nuevo de la ciudad, y se encuentra todavía en proceso de formación y consolidación.
El Poblenou se extiende desde la Diagonal hasta el mar. Hasta hace poco, las actividades industriales se solían combinar con las residenciales.
El barrio comprende dos zonas, hoy bien diferenciadas, pero que tenderán a integrarse en los próximos años: el vecindario del Parc y el entorno de la plaza de las Glòries.
La Vila Olímpica fue el gran regalo urbanístico de los Juegos Olímpicos de 1992 a la ciudad de Barcelona. Las industrias dejaron paso a un nuevo barrio encarado al mar.
El nombre del barrio deriva de la palabra cros, que significa ‘fondo’, y hace referencia a tierras de labranza situadas en hondonadas.
La parte norte del territorio hacia donde se extendió el núcleo del Clot era conocida como el barrio de la montaña, y comprendía el actual Camp de l’Arpa y el Guinardó.