Que este espacio acoja un grupo de casas de origen industrial tiene sentido, pero sorprende el cuidado por una estética tan cuidadosa y una ornamentación tan expresiva

La barriada industrial de Monsolís empezó a urbanizarse en la década de los años veinte en el ámbito de las actuales calles Verneda, Prat y Virgen de Montserrat. Inicialmente era un grupo de 17 casas, pero en 1930 ya eran 56.

El diseño general era el arquetípico en la época, de casa de planta baja con cubierta a dos aguas y cumbrera paralela a la fachada principal. Las fachadas, simétricas, disponían la puerta bien centrada y una ventana a cada lado, con unos dinteles decorados con motivos florales bastante generosos. A menudo cada fachada tenía un color vivo, cada una de ellas diferente.

En su origen, el paramento de las fachadas era enlucido y liso, una característica que en ocasiones ha desaparecido como también las medidas originales de las ventanas y los elementos ornamentales. Con todo, se hace evidente el regusto original.

La industria, el progreso engullidor

La industrialización propia de después de la Guerra Civil provocó que en 1955 se generara un polígono cuya construcción rodeó de naves la primigenia zona residencial, pero se tuvo cuidado y en estos momentos se conserva casi todo el conjunto.

Monsolís, el marquesado

Todo este entorno pertenecía al marquesado de Monsolís, un título nobiliario otorgado por Isabel II que tenía el epicentro en Montgat. Su relevancia queda patente por el hecho de que incluso dio nombre a una estación del tren de la línea del Maresme, y en este entorno de la Verneda de Sant Adrià la denominación se mantiene vigente en el polígono industrial.