Las sedes municipales, sobre todo las que tienen una representación institucional, suelen ser edificios nobles que fueron erigidos con la intención de mostrar exteriormente la importancia de lo que pasaba en el interior. La mayoría de sedes de los actuales distritos municipales de Barcelona son edificios donde se establecieron, en su día, los ayuntamientos de los pueblos del llano que se agregaron a la ciudad entre 1897 y 1921. En el caso de la sede del Distrito de Sants-Montjuïc, que en el 2015 celebró sus cien años, hay algunos elementos que la convierten en uno de los edificios municipales más destacables.

A diferencia de otras sedes, como las de Gràcia, Sarrià-Sant Gervasi, Les Corts, Sant Andreu o Sant Martí, el edificio del Distrito de Sants-Montjuïc no fue nunca la sede de Santa Maria de Sants, que era el nombre del pueblo que con los años se convirtió, más o menos, en el actual distrito municipal de Sants-Montjuïc. Las obras empezaron en 1885, como remodelación de la anterior sede de la Tenencia de Alcaldía. Así lo explica Albert Torras i Corbella en el libro La seu del Districte: 1915-2015, editado con motivo del centenario del edificio.

Los orígenes de Sants

El pueblo de Sants creció, a partir del siglo X, en torno a la iglesia románica de Santa Maria de Sants, donde hoy está la parroquia. Los edificios fueron ocupando los lados de los diversos caminos que cruzaban aquella zona del llano barcelonés, sobre todo los que se corresponden, más o menos, con las actuales calles del Sant Crist y de Blanco y con la plaza de Ibèria.

El Ayuntamiento de Sants estaba en la desaparecida plaza de Víctor Balaguer, también denominada plaza de la Vila y plaza de la Constitució, aunque popularmente era conocida como plaza del Nen o del Niño, por una escultura de Agapit Vallmitjana que presidía una fuente que había en la plaza. Todo desapareció a finales de la década de 1960 con la apertura de la ronda del Mig.

El edificio de la actual sede del Distrito está, en realidad, en Hostafrancs, un barrio que había formado parte del municipio de Sants pero que en 1839 se anexionó a Barcelona. A partir de la mitad del siglo XIX, el vecindario de este barrio reclamó al Ayuntamiento de Barcelona que pusiera unas oficinas municipales. Finalmente se ubicó una tenencia de alcaldía en un edificio alquilado que el Ayuntamiento acabó comprando. Este edificio se fue modificando y se añadieron nuevos servicios, como las escuelas municipales, un dispensario médico o una oficina de correos.

Un largo periodo de reformas

La necesidad de reformar el edificio se hizo bastante evidente, y empezó un periodo de modificaciones. Así lo explica Albert Torras: “A partir de 1885 se emprendieron un conjunto de reformas estructurales en el edificio que permitieron adecuarlo, aunque la parte fundamental de reforma integral del edificio no se empezó hasta 1908”. El autor afirma también lo siguiente: “La intervención de Jaume Gustà del año 1885 permite simplemente definir la estructura del que será el futuro edificio y de la intervención definitiva, a cargo de Ubald Iranzo, entre 1908 y 1915”. Esta última es la que dejó el edificio tal como se encuentra en la actualidad.

La fachada de la actual sede del Distrito está recubierta con piedra de Montjuïc y tiene diversos elementos destacables, como la Torre del Rellotge, en el lado izquierdo, y el escudo de Barcelona. En general, toda la fachada está profusamente decorada con todo tipo de figuras modernistas; se pueden ver personas y también animales, como un gallo, palomas, un zorro, un búho y varias serpientes. Las puertas de las arcadas que dan acceso al edificio son de hierro forjado y también están decoradas con motivos vegetales.

En el interior destaca la escalera noble, con una barandilla muy trabajada, sobre todo al pie de la escalera y en los rellanos. Su inicio es espectacular, con un pilar coronado por una luz, en el que hay ramos de rosas y unas águilas. En el primer piso destaca el Saló de Plens, con columnas de capiteles trabajados, las paredes y el techo decorados con esgrafiados y estucos y unos espléndidos vitrales de Francesc Labarta, en los que se pueden ver figuras humanas que representan Barcelona, el comercio, la agricultura y la industria.

El edificio de la antigua Tenencia de Alcaldía de Sants es hoy la sede del Distrito.

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