Artículo escrito por el CEAI-FEEB. Este confinamiento nos ha cogido por sorpresa a muchas de nosotras, y de trabajar en las escuelas, las pistas y las oficinas, hemos pasado a trabajar desde casa con los límites que este modelo presenta hacía nuestra tarea. A pesar de la dificultad de la situación, las incertidumbres y las inquietudes desde el Proyecto Criquet Joven BCN no hemos querido desperdiciar las oportunidades que esta situación nos daba y hemos escogido las herramientas ‘en línea’, que tan imprescindibles se han vuelto en esta situación, para encontrarnos vía digital.
Desde aquí, técnicas del Centro de Estudios Africanos e Interculturales (CEAI) hemos preparado dos píldoras formativas sobre Interculturalidad para compartir con las compañeras de la Fundación para el Deporte y la Educación de Barcelona (FEEB). Juntas dimos vida a espacios donde hablar, debatir y escucharnos, creando estrategias para cuestionarnos los rumores, estereotipos y prejuicios presentes en nuestro trabajo y en nuestra tarea educativa, deportiva y social. Esta formación ha sido abierta a todo el personal de la FEEB que ha participado al completo, con lo cual ha llegado a todos y todas las coordinadoras del Programa Convivimos Deportivamente, que tiene más de dos mil participantes.
Allí empezamos cuestionándonos nuestra visión y nuestro etnocentrismo para abrir un poco la mirada, y acabamos por analizar y abordar dudas y situaciones complejas que se presentan en el día a día de nuestra labor educativa; aquéllas que nos ponen ante nuestros límites, miedos y contradicciones, de manera que podamos aprender a identificar qué nos pasa y cómo podemos abordarlo.
Como educadoras, entendemos que el aprendizaje es un círculo del cual nos nutrimos mutuamente, dando y recibiendo. Creemos firmemente que una comunidad fuerte es aquélla que se cuestiona y que tiene siempre la voluntad de aprender y por eso, consideramos que una continua formación es la mejor manera de crecer juntos como equipo, como entidades que hace mucho tiempo que trabajan juntas y como proyecto común, deportivo y educativo, que tiene la humilde intención de promover y dar espacio a otras maneras -más cuidadosas e inclusivas- de relacionarse en nuestras calles y plazas, en nuestras escuelas, en nuestros patios y naturalmente, en las pistas deportivas. De dibujar un mundo donde quepan muchos otros mundos. De hacer de esta una ciudad plural, abierta y crítica, libre de racismo, discriminaciones y exclusión social. Y por eso, hoy cómo ayer, seguimos dejando volar la curiosidad, la escucha y el aprendizaje mutuo.