La última edición de los International Design Awards ha otorgado el galardón en la categoría de Sostenibilidad, diseño de arquitectura verde y de infraestructuras sostenibles a la Cuca de Llum, el renovado Funicular del Tibidabo de Barcelona. El premio reconoce tanto el diseño del vehículo como su propuesta de transporte colectivo, responsable con el medio ambiente.
La puesta en funcionamiento de la nueva Cuca de Llum, ahora hace tres años, cogió el relevo del histórico funicular del parque de atracciones, que ha subido los barceloneses y barcelonesas a la cima de la montaña desde 1901. Aprovechamos la ocasión para repasar la historia de este medio de transporte emblemático de la ciudad a través de la documentación del Archivo Municipal de Barcelona.
El origen del funicular
El funicular original del Tibidabo fue un diseño de Bonaventura Roig i Queralt. Las obras de construcción de lo que sería el primer funicular de España empezaron el 16 de junio de 1900. Aunque la primera ascensión del funicular en la montaña fue el 3 de julio de 1901, su inauguración oficial no sería hasta el 29 de octubre de aquel año. Gracias al Diario de Barcelona, que cubrió el acontecimiento con gran detalle, sabemos que el primer funicular de Catalunya fue recibido con gran expectación por parte de un público numeroso.
Las primeras carrocerías de madera del Funicular fueron construidas en los talleres Estrada de Sarrià. Los vehículos constaban de cinco compartimentos que, entre las clases preferente y general, alcanzaban una capacidad de 80 personas. Consulta este reportaje fotográfico del Archivo Municipal del Distrito de Sarrià-Sant Gervasi para ver el aspecto de los convoyes con gran detalle. Si te interesa ver planos generales del entorno por donde pasaba el funicular, puedes consultar este otro reportaje con algunas fotografías de Josep Brangulí.
El funicular había nacido como respuesta a la necesidad de conectar la ciudad con el nuevo parque del Tibidabo, superando el fuerte pendiente hasta la cima más alta de la sierra de Collserola. Dos estaciones, conocidas como estación inferior y estación superior, marcaban el inicio y el final de su recorrido de 1.512 metros entre la Avenida Tibidabo y el nuevo parque. Un equipo de operarios procuraba el buen funcionamiento del vehículo durante sus trayectos arriba y abajo de la montaña. En esta fotografía puedes ver el equipo de trabajadores uniformados.
Las remodelaciones a lo largo de los años
Desde su inauguración en 1901 hasta la actualidad, el Funicular ha sido remodelado en diversas ocasiones: en 1922, en 1958 y en 2021.
El año 1922, en previsión de la celebración a la Exposición Universal a Barcelona del año 1929, empezaron las obras para duplicar la capacidad del transporte y poder asumir la cantidad de visitantes que llegarían a la ciudad. La reforma, que añadió nuevos coches y cambió toda la maquinaria y el cableado, permitió transportar a 150 personas cada 10 minutos. El Archivo Municipal del Distrito de Sarrià-Sant Gervasi conserva un reportaje fotográfico sobre las obras de reparación, donde se muestran diversas escenas de los trabajadores y de las técnicas y la maquinaria de trabajo de la época.
La segunda gran reforma, el año 1958, supuso un cambio destacable: las carrocerías de madera se sustituyeron por carrocerías metálicas. Los nuevos vehículos fueron construidos por Macosa, una de las industrias metalúrgicas más importantes de Barcelona, ubicada en el Poblenou. Los viejos convoyes de madera fueron despedidos en un acto multitudinario con ceremonia religiosa y bailes tradicionales incluidos, del cual se conservan imágenes tomadas por los grandes fotógrafos barceloneses Brangulí y Pérez de Rozas. ¡Consúltalas en el Catálogo en línea!
En el Archivo Municipal del Distrito de Sant-Gervasi también se conservan reportajes fotográficos del proceso de remodelación de 1958, donde se ven los obreros colocando los nuevos vehículos o habilitando las salas de maquinaria del funicular del Tibidabo. Y, finalmente, la esperada inauguración del nuevo funicular también se puede revivir con las imágenes de los fotógrafos Postius y Brangulí.
El funicular construido en 1958 funcionó hasta el otoño de 2019, cuando hizo su último viaje antes de dar paso a la nueva etapa: la Cuca de Llum. Con ella, el emblemático transporte en la cima del Tibidabo continúa su actividad histórica y, además, se convierte un referente internacional en diseño y movilidad sostenible.