Mobilidad turística
Hay que gestionar la movilidad turística como un elemento más que se integra en unas pautas de movilidad urbana en la ciudad de Barcelona, cada vez más complejas y diversas. Se trata de fomentar un modelo de visita responsable y compatible con la movilidad cotidiana, garantizando el uso racional y coherente de los sistemas de transporte y del espacio público en la ciudad. Es esencial para la gestión de la movilidad turística tener en cuenta el volumen, la intensidad y los ritmos cambiantes.
En una ciudad tan densa como Barcelona y en la que el número de visitantes ha ido creciendo, hay que poner el acento en la gestión de los flujos y de los espacios de gran afluencia para reducir el impacto sobre el espacio público y la movilidad cotidiana.
El Ayuntamiento de Barcelona está llevando a cabo varias acciones para minimizar el impacto negativo generado por algunas actividades de movilidad turística. Así pues, la puesta en marcha de la Zona Bus 4.0 pretende limitar, ordenar y gobernar las paradas y estacionamientos de autocares turísticos en la zona centro de la ciudad o el despliegue de las nuevas rutas de bus turístico aprobadas, lo que conllevará la remodelación de las rutas existentes con el objetivo de disminuir los impactos derivados de la intensidad del servicio en el centro. Esta remodelación permitirá incorporar nuevas rutas estrechamente ligadas a nuevos atractivos turísticos de interés para la ciudad, como por ejemplo espacios vinculados a la cultura.