Los niños y las niñas a partir de los dos años hacen una explosión lingüística, ampliando su vocabulario y expresándose con frases cada vez más complejas. Siempre resultará interesante que los adultos que lo rodean les expliquen las vivencias del día a día sin infantilizar la lengua. No tenemos por qué excluir aquellas palabras que nos pueden parecer difíciles para ellos, puesto que solo conseguiremos empobrecer su lenguaje.
En la escuela, además de las cajas de las canciones también tenemos como recurso lingüístico las cajas de los poemas y las adivinanzas. Cómo podéis observar, cada poema o adivinanza contiene el personaje que lo representa, que aparece mientras el adulto recita el texto. La sorpresa como lo hacemos salir, la entonación de la voz, los silencios creados y la musicalidad del lenguaje poético ayudan muchísimo a crear un clima de expectación y de interés. En los textos siempre aparecen palabras nuevas que los niños de nuestras edades todavía no habían escuchado y que, por el significado del contexto, se explican solas.
