LAS HOJAS NO CAEN, SE SUELTAN

Nos ha llegado a  nuestras  manos este texto que nos ha hecho pensado en lo que vivimos en la escuela:

Las hojas no caen, se sueltan

"Ahora sin embargo, me doy cuenta que ninguna hoja" cae ", sino que llegado el escenario del otoño inicia la danza maravillosa de soltarse.
Cada hoja que se suelta es una invitación a nuestra predisposición al desprendimiento.
Las hojas no caen, se desprenden en un gesto supremo de generosidad y profundo de sabiduría: la hoja que no se aferra a la rama y se lanza al vacío y el aire sabe del latido profundo de una vida que está siempre en movimiento y en actitud de renovación ".
En la escuela vivimos con intensidad el tiempo de otoño. Niños, niñas, familias y maestros, poco a poco nos dejamos ir como las hojas que caen ligeramente de su árbol.

Los proceso de adaptación nos ha permitido sentir y vivir, que separarse de alguien a quien se ama es difícil. Los niños, en estas edades tan pequeñas para poder vivir, necesitan de la dependencia y el vinclr afectivo con sus padres.

A medida que las experiencias de separación son más positivas, los niños y las nñas se van  soltando, como lo hacen las hojas en otoño. Como una danza, se van desprendiendo y nos invitan a bailar con ellos, a ser y estar a su lado, nos muestran como son, como es su propio movimiento de vida.

Como las hojas, cuando se desprenden del árbol, los niños laten profundamente la escuela, como un espacio de confianza, de seguridad, de relación y aprendizajes.

CASTANYADA 2020
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