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«La luz forma parte de la arquitectura»

Ramon Manent i Rodon es uno de los fotógrafos especializados en imagen de arte más relevantes del país y autor de más de un centenar de publicaciones gráficas. El vallense Francesc Català-Roca fue uno de sus maestros e inspiradores. A partir de este mes de noviembre nos ofrece su mirada fotográfica de la obra de Josep Puig i Cadafalch en forma de exposición en el Museo del Diseño.

Después de un tiempo explorando la obra de Gaudí y Cadafalch, ¿te sigue sorprendiendo la arquitectura modernista?

Precisamente la exposición en el Museo del Diseño nos descubre un Josep Puig i Cadafalch totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados a ver. Un personaje poliédrico que trabajó como diseñador, arqueólogo, historiador del arte, arquitecto y también como político. La verdad es que he quedado sorprendido por las habilidades y diseños de Cadafalch.

¿Podemos decir entonces que fue un humanista del siglo XIX?

Es un personaje inmenso. Hay que tener en cuenta que empezó trabajando la casa modernista Coll i Ragàs, en Mataró y terminó proyectando la casa novecentista Pich i Pont, en la plaza de Cataluña. E incluso, al volver del exilio y habiéndole retirado el carné de arquitecto, restauró clandestinamente el Institut d’Estudis Catalans en su casa de la calle de Provenza.

Con esta carrera tan prolífica, debería ser un personaje muy conocido en muchos ambientes de Barcelona y Europa, ¿verdad?

Era una persona de una gran cultura que mantenía una correspondencia muy activa con más de un centenar de intelectuales de todo el mundo.

Como gran especialista en la obra de Gaudí, ¿qué similitudes y diferencias encuentras si la comparamos con la de Puig i Cadafalch?

Son personajes completamente distintos: Gaudí quedó anclado a los proyectos de sus mecenas, como la casa Milà o la Sagrada Familia. En cambio, Puig i Cadafalch trabajó en disciplinas muy diversas: el diseño de la plaza de España y las cuatro columnas, las placas modernistas para el alcantarillado mataronense o la casa Guarro. Pero lo que ambos tienen en común es la ciudad de Mataró, lugar de nacimiento de Puig i Cadafalch y ciudad que vio la primera obra de Gaudí, la nave de la cooperativa La Obrera Mataronense.

 Y la luz, ¿qué interés despertaba en estos dos arquitectos modernistas?

La luz artificial era prácticamente inexistente. De este modo, ambos tenían que resolver el problema aprovechando al máximo la luz natural: y así lo hicieron tanto en la Casa Amatller como en el Palau Güell. Cuando me tocó fotografiar este último, mandé apagar todas las luces: resultó impactante poder captar el ambiente real del lugar. Y es que la luz forma parte de la arquitectura.

Por último, nos centraremos en tu campo, la fotografía. ¿En qué punto crees que se encuentra esta disciplina hoy en día?

La fotografía ha evolucionado mucho y se ha manifestado a través de diferentes técnicas (analógica, digital, dispositivos móviles, etc.). Hoy día hemos ganado en agilidad, en calidad de imagen y en nuevas técnicas, pero hay algo que no ha cambiado en absoluto: el valor de la emoción al ver una imagen.

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