Fecha: 27/09/2016 - 08/01/2017

Lugar: El Born CCM

Una propuesta integral que interroga sobre el vacío ético generado por la administración democrática en relación con el pasado de guerra y dictadura.

El programa està constituït per diferents peces. Dues exposicions que conviden a reflexionar sobre la conducta de la nostra democràcia en la gestió del passat franquista. Una de les exposicions explica l’origen i l’evolució històrica i urbana de tres obres monumentals que, amb la seva trajectòria i vicissituds, expressen el buit ètic promocionat per les institucions en relació amb el passat i la memòria. La segona exposició mostra com la pràctica de les vulneracions dels drets per part de l’Estat ha resultat impune en aquest context d’oblit i de buit ètic que expressava una part de l’art públic de la ciutat.

Descàrregues:

Programa completo  [en catalán]

Hoja de sala de la exposición «Franco, Victòria, República. Impunitat i espai urbà»

Hoja de sala de la exposición «A mi esto me pasó»

Franco, Victoria, República. Impunidad y espacio urbano

18/10/2016 – 08/01/2017

Esta exposición propone observar la indolencia de las administraciones catalanas con los grandes monumentos de la dictadura en Barcelona, y lo hace contando las peripecias de tres estatuas –La República, La Victoria y la ecuestre de Franco–, sus relaciones y la actitud de sus autores, Josep Viladomat y Frederic Marès, que trabajaron para la república, exaltaron el franquismo y fueron reconocidos por la democracia.

Los dos monumentos dedicados a la victoria fascista y al dictador Franco perduraron en el espacio público de la Barcelona democrática durante más de 35 años: uno en el Paseo de Gràcia con la Diagonal, y el otro en el castillo de Montjuïc, menospreciando las fosas de los fusilados republicanos de sus inmediaciones. Las estatuas no fueron retiradas hasta 2011 y 2008, respectivamente.

La exposición “Franco, Victoria, República. Impunidad y espacio urbano” se inauguró el 17 de octubre de 2016 y originariamente presentaba una primera parte en la plaza Comercial, en la entrada de El Born CCM, que actuaba como pórtico. Allí se exhibían las dos esculturas franquistas e incorporaba una reproducción de La República que se proyectaba en la pared de El Born CCM como una sombra pisoteada por los dos grandes símbolos de la dictadura.
Sin su pedestal conmemorativo, que las solemnizaba, y situadas en el suelo, estas esculturas perdían la categoría de monumento de exaltación a la dictadura y apelaban a la impunidad con la que han vivido estos símbolos durante muchos años.

La segunda parte de la exposición, en el interior de El Born CCM, recoge las vicisitudes de estas estatuas en tres grandes ámbitos y un epílogo. Los contenidos se estructuran en forma de evidencias, de pruebas, que permiten que el visitante extraiga sus propias conclusiones y que encuentran su resolución formal en una gran sala de investigación configurada por los retratos de los monumentos e imágenes a gran escala.

Desde su inauguración, la instalación de la estatua ecuestre de Franco provocó reacciones y actuaciones de distinta índole, desde una performance artística y creativa, hasta el lanzamiento de elementos de naturaleza diversa. Finalmente, la noche del 20 de octubre, tres personas tiraron al suelo la obra de Josep Viladomat. El destrozo hizo perder sentido al conjunto de la parte exterior de la exposición y, en consecuencia, también se retiraron las otras piezas. Los eventos generados por la exposición a lo largo de los tres primeros días de apertura han sido incorporados a la muestra.

Exposición comisariada por Manel Risques.

A mí esto me pasó. De torturas e impunidades (1960-1978)

27/09/2016 – 08/01/2017

El escenario de esta exposición es la ciudad de Barcelona. La muestra presenta la práctica de la tortura experimentada en dependencias estatales y ejercida por funcionarios del Estado durante los años sesenta y setenta del pasado siglo XX.

El franquismo equiparó siempre el orden público y la defensa del orden político-social con la represión. En España, la violencia represiva organizada por el Estado fue un fenómeno estructural en la naturaleza de la dictadura ya desde sus orígenes en la Guerra Civil y perduró durante su etapa final e incluso en los años de transición a la democracia.

La práctica de la tortura, que fue una expresión más de aquella violencia, nunca estuvo tipificada como delito ni existió un contexto legal que permitiera su investigación o prevención. Su uso frecuente por parte de funcionarios policiales, en particular de los miembros de las Brigadas Regionales de Información
policiales, constituidas como la policía política del Régimen, tuvo carácter sistemático, habitual y puesto en práctica impunemente en las detenciones de los miembros de la oposición política y sindical. Eran actuaciones inscritas en el terreno del orden gubernativo.

Los principales protagonistas de este relato coral son las mujeres y los hombres que fueron objeto de una vulneración de sus derechos humanos por negarse a aceptar la condición de súbditos, porque aspiraron a alcanzar los derechos de ciudadanía y lucharon por forjar las libertades democráticas.

Exposición comisariada por Javier Tébar.

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