Maria José Chesa: “Los SUDS emulan en la ciudad el comportamiento del ciclo del agua en los espacios naturales”
Conocidos como SUDS, los sistemas urbanos de drenaje sostenible son una realidad que se va extendiendo por la trama barcelonesa desde hace dos décadas. Las apariencias y ubicaciones son múltiplos pero la función principal es una: hacer frente a los efectos de la crisis climática en los episodios de precipitación. María José Chesa Marro, cabeza del Servicio ambiental y relaciones externas de Barcelona Ciclo del Agua, nos da los detalles para descubrir estos elementos fundamentales de la ciudad.
- ¿Por qué decimos que son fundamentales? ¿Para qué sirven los SUDS?
Los sistemas urbanos de drenaje sostenible son soluciones basadas en la naturaleza para gestionar las aguas de lluvia y tienen como objetivos principales evitar las inundaciones y prevenir la contaminación del medio. Por lo tanto, están diseñados para favorecer la infiltración de agua de lluvia, controlar el volumen y, en episodios de lluvias intensas, evitar la contaminación por el desbordamiento del agua de vaciado superficial y de los sistemas de saneamiento unitario.
Además, el diseño de los SUDS contribuye a la creación de espacios públicos más saludables y de infraestructuras verde-azules que fomentan una ciudad biorreceptiva: se incrementa la diversidad biológica y sus efectos beneficiosos por la ciudad.
- ¿Y cómo funcionan? ¿Qué materiales se utilizan?
Como apuntaba, se basan en la naturaleza: los SUDS emulan en la ciudad el comportamiento del ciclo del agua en los espacios naturales. En el caso de Barcelona, esta solución de drenaje se diseña adaptándose a las características geológicas de la ciudad, la pendiente del terreno, la densidad urbana, la existencia de infraestructuras o sótanos, etc.
De esta manera, se diferencian cuatro grupos de SUDS según su función principal: retención, filtración, infiltración y tratamiento. Los aljibes y parterres de detención cumplen la función de interceptar el agua de lluvia para laminar la escorrentía superficial y evitar inundaciones y contaminación del medio. Las zanjas, las franjas y las cubiertas verdes son SUDS de filtración, que modera el flujo del agua y retiene contaminantes. La función de infiltrar el agua de lluvia en el terreno la llevan a cabo parterres, alcorques, pozos, depósitos de infiltración y pavimentos permeables. Y, finalmente, están los tipos de SUDS de tratamiento: franjas de biorretenció, estanques de infiltración o cunetas vegetadas que se construyen para retener los contaminantes de zonas que pueden tener más polución y evitar, así, la afectación en las aguas subterráneas.
Con respecto a los materiales, se promueve el uso de las mejores tecnologías disponibles y los materiales con la menor pisada de carbono, y con la mejor gestión del residuo una vez finalizado su ciclo de vida. Hay que decir que los SUDS son soluciones holísticas, basadas en la naturaleza, donde difícilmente se pueden separar los materiales vivos de los materiales inertes.
- ¿En qué puntos de la ciudad se han implantado?
Principalmente, se han desarrollado en nuevas áreas de planeamiento urbano, como son la Marina del Prat Vermell, la Plaza de las Glorias, la Calle Bolivia, la Plaza Dolors Piera y el Barrio de Bon Pastor así como otras áreas como el Parque de Joan Raventós, la Masía de Can Soler, entre otros.
Barcelona se ha dotado de una planificación técnica para incrementar la superficie de SUDS en los espacios públicos a través de diversos documentos municipales. Tanto el Pla Clima, el Plan del Verde y la Biodiversidad, el Plan Director de Alcantarillado (PDISBA) o el Plan para el Aprovechamiento de los Recursos Hídricos Alternativos (PLAHAB) contemplan los SUDS como soluciones para mejorar la gestión del ciclo del agua en el espacio urbano y la calidad de vida en la ciudad.
- Decimos que elos SUDS contribuyen a hacer una ciudad más saludable y sostenible. ¿En qué aspectos?
Los SUDS nos aportan muchos beneficios entre los cúales destacan que conforman espacios más saludables e incrementan la calidad de vida de las personas. Como decíamos, los SUDS reducen el riesgo de inundaciones y la contaminación de las masas de agua. También reducen el volumen de agua que, con un drenaje convencional, se conduciría en los depósitos de retención de aguas pluviales y después a las depuradoras. Por lo tanto, se produce un ahorro energético.
Los SUDS también contribuye a la reducción del efecto de isla de calor y a incrementar el volumen de agua de lluvia aprovechable por la vegetación de los espacios verdes, disminuyendo agua y energía para el riego. Y podemos seguir porque también favorecen la recarga de los acuíferos, garantizando la calidad, e incrementan la biota útil para la ciudad, con los servicios ecosistémicos que benefician a la sociedad.
Por todos estos motivos, podemos decir que los SUDS hacen de las ciudades espacios más sostenibles, habitables y saludables.
- ¿Qué otras infraestructuras de gestión del ciclo urbano del agua dirías que son relevantes en el actual contexto de sequía? ¿Y alguna de futuro?
En el contexto de sequía y de las competencias municipales, Barcelona hace décadas que trabaja en el desarrollo de acciones para el aprovechamiento de recursos hídricos alternativos Km 0, así como la mejora continua para innovar en sistemas eficientes en el uso del agua. La red de agua freática municipal mujer servicio al riego de los espacios verdes, la limpieza urbana, las instalaciones deportivas, y permite preservar el agua de boca para el abastecimiento de la población.
Actualmente, estamos trabajando en una nueva ordenanza reguladora de los sistemas de aprovechamientos de aguas grises, que permitirá el ahorro, en el sector doméstico, de hasta el 30% del consumo habitual. En el ámbito de la Marina del Prat Vermell, se está trabajando también para el suministro de agua regenerada para usos urbanos, industriales y también al sector doméstico. Una de las fortalezas de la ciudad de Barcelona es la gran implicación de todos los sectores en el ahorro de agua potable, que ha conseguido reducir en un 20% el consumo total del agua potable desde el año 2020.