El año 2021 se ha cerrado con una inflación anual del 6,5%, una cifra que no se veía desde hace casi 30 años.
Pero, ¿cómo nos afecta todo esto y qué podemos esperar?
Nos afecta desde el minuto cero, porque la inflación en España se calcula con el IPC (Índice de Precios al Consumo), que se obtiene de una encuesta mensual a 20.000 hogares sobre los precios reales de los bienes y servicios más habituales y esto quiere decir que las familias ya hace tiempo que padecemos este aumento de precios.
Por lo tanto, si nuestros ingresos siguen siendo los mismos, la inflación reduce nuestro poder de compra y también disminuye el valor del dinero que tenemos ahorrado.
Por ejemplo, si una familia terminó el año 2020 con unos ingresos y unos gastos mensuales de 1.300 euros, una inflación del 6,5% habrá aumentado sus gastos mensuales hasta los 1.384,50 euros a lo largo del año 2021. Por lo tanto, si siguen cobrando 1.300 euros en estos momentos ya no llegarán a final de mes.
Lo podemos ver con los contratos de alquiler, que generalmente se renuevan en base al IPC. Si nos toca la revisión de la cuota de alquiler en enero de 2022, el propietario nos podría aumentar el alquiler un 6,5%. Por eso la inflación genera preocupación entre las personas, porque si no aumentan nuestros ingresos la inflación nos obliga a consumir menos (nos hace perder poder adquisitivo).
Una gran pregunta es cuál será la evolución de la inflación a lo largo de 2022. Hay bastantes economistas que creen que la inflación se irá estabilizando y volverá a niveles del 2% o el 3%. Esto reduciría la repercusión de la inflación sobre las economías familiares.
Está fuera de nuestro alcance frenar la inflación. Sí que la podemos intentar compensar reduciendo algunos gastos. Debemos vigilar muy especialmente el consumo energético y el uso de vehículos privados. Si cuando aumentan los precios no estamos yendo al límite de nuestro presupuesto, tendremos más margen de maniobra y padeceremos menos las consecuencias.